El lunes de la semana que viene habrá cambios en las restricciones vigentes en las Pitiusas para frenar el avance del coronavirus, aunque éstos serán «pequeños», según explicó ayer el portavoz del Comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, Javier Arranz. Las actuales medidas finalizan el 23 de agosto, es decir, dentro de diez días. El experto de la conselleria señaló que aunque la tendencia a la baja «está muy clara», lo que da cierta «tranquilidad», la desescalada debe hacerse de forma «muy cauta» para evitar repuntes o, incluso, un cambio de tendencia.
A la hora de decidir los cambios en las restricciones, Arranz señaló que se tendrán en cuenta, además de las incidencias y la presión en los hospitales, también los niveles de vacunación. «Las medidas seguirán en la misma línea», señaló el experto, que reconoció que la situación de Ibiza es la que más preocupa. «La incidencia es elevada, aunque la tendencia es buena», detalló el portavoz. De hecho, la isla tiene los indicadores de afectación del coronavirus más elevados de Balears, especialmente a 14 días, en el que la diferencia con la media de la Comunitat es más acusada. «Hay que estar muy vigilantes, por el número de casos y por la situación hospitalaria, que es la más crítica», indicó.
A pesar de esto, el experto reconoció la caída de los indicadores, algo que achacó tanto al comportamiento cada vez más concienciado de la gente —«han entendido dónde se encuentra el riesgo»— como a las restricciones.
El experto calificó de «buena» la propuesta de los empresarios de mantener las restricciones horarias para evitar el avance de la pandemia. «La única forma de salir de esta ola es hacerlo de forma muy meditada y lenta», afirmó antes de recalcar que cuanto mayor sea el porcentaje de población vacunada menos agresivas tendrán que ser las medidas.
