Las islas son para esconderse. Es fácil imaginar que, desde tiempos antiguos, forajidos europeos de todo tipo vieron en las islas del Mediterráneo un buen lugar en el que comenzar de nuevo. Ibiza lo tenía todo. Pequeña, recóndita y poco desarrollada. Uno de los primeros fugitivos de los que se tiene constancia fue Raoul Alexander Villain, el hombre que asesinó a tiros al pacifista Jean Jaurès en 1914, que era director de L'Humanité y estaba considerado el mejor orador de Francia. Intentó, desde el periódico que dirigía, que su país no entrara en guerra con Alemania, hasta que Villain lo mató.

Fue detenido y reconoció el crimen, pero pasó menos de cuatro años de prisión En 1918, al acabar la guerra, quedó en libertad, lo cual indignó a muchos de sus compatriotas, como el nobel Anatole France, que escribió: «Un veredicto monstruoso que proclama que su asesinato no es un crimen». Villain, aunque en libertad, quedó marcado para siempre. Tarde o temprano le harían pagar su crimen, así que decidió esconderse. En 1932 llegó a Sant Vicent, la parte más recóndita de una isla aún bastante desconocida. Se hizo llamar Alex, pero los habitantes de sa Cala lo bautizaron como 'El Loco'. Bajo identidad falsa conoció a algunos de los extranjeros que ya por entonces pululaban por la isla, como el filósofo alemán Walter Benjamin, el sueco Leif Borthen, autor de 'El camino a San Vicente' (1967), o Paul-René Gauguin, nieto del pintor, que ayudó a Villain a construir su casa de Sant Vicent. En 1936 unos desconocidos desembarcaron en sa Cala. Buscaron a 'El Loco' y lo mataron a tiros.

Con el tiempo, Ibiza ha dejado de ser una isla recóndita, aunque no por eso ha perdido interés para fugitivos de medio mundo. Para pasar desapercibidos cuentan ahora con el turismo de masas y con una gran cantidad de residentes extranjeros. La prueba de que la isla sigue siendo refugio de forajidos es la detención que el jueves practicó la Guardia Civil de Sant Antoni. Shane Looker, británico de 47 años, estaba buscado por Interpol, que lo acusa de ser el presunto autor de la muerte de una joven tailandesa. La mujer fue encontrada, descuartizada, en una maleta en noviembre de 2014 cerca de Bangkok. Sólo es un caso más, el último, pero en realidad son tantos los fugitivos encontrados en Ibiza que resultan incontables. No es agradable pensar que tu vecino puede que no sea quien dice ser, y que en realidad puede tratarse de un asesino, pederasta o narcotraficante.

Sólo en 2017

El año 2017 comenzó con la detención de en Sant Joan del pederasta Paul Michael Silverthorn, canadiense de 36 años. Se cree que pasó más de dos años trabajando en el campo, como un vecino más de Sant Joan.

La Guardia Civil le seguía el rastro desde que las autoridades británicas dictaron una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE). Silverthorn tiene que cumplir una condena de nueve años de prisión en Reino Unido por agresión sexual a una menor y por posesión y distribución de pornografía infantil. Disponía de una identidad falsa, lo que complicó su captura en la isla.

La historia de Silverthorn va unida a la de su novia, Leila Kassam, de 32 años, que también fue arrestada en Ibiza un poco antes que él, en concreto en diciembre de 2016. Según la prensa británica, Leila y Paul vivían en Londres y allí se dedicaban a llevar menores a fiestas de alto copete en las que, presuntamente, se abusaba de ellos. Huyeron juntos a Ibiza para esquivar a la justicia británica, que ya andaba tras ellos.

La mujer fue detenida por la policía británica y fue condenada a cuatro años de prisión por abusar sexualmente de una menor de 15 años y por facilitar menores para «fiestas sexuales» en Picadilly Circus (Londres) entre mayo y diciembre de 2014. Kassam se declaró culpable en mayo de 2016, pero huyó. Aquí trabajó en el campo junto a su novio. Como en el salvaje oeste, la policía británica ofreció 10.000 libras a cambio de información sobre el paradero de la pareja.

A finales de marzo la policía judicial de la Guardia Civil arrestó en la Marina a una pareja formada por un hombre y una mujer de nacionalidad francesa que estaban reclamados por la justicia de su país en relación con el hallazgo de una anciana quemada y descuartizada en un bosque cercano a Pau. Ella es hija de la fallecida y él, su yerno. Ambos tienen 50 años. Previamente, la policía francesa detuvo a dos hijos de la pareja, nietos de la fallecida, y a una tercera persona. Tras el hallazgo del cadáver y la realización de la autopsia se descubrió que, antes de ser quemada, la mujer había estado congelada. Al parecer, cuando la mujer falleció decidieron ocultar su cuerpo para seguir cobrando su pensión. También eligieron Ibiza para esconderse.

Sant Antoni

El jueves por la mañana le llegó la hora a Shane Looker. Con su detención finalizó una caza del hombre que ha durado más de dos años y medio, desde que Looker fuera identificado como la última persona a quien se vio junto a Laxami Pook Manochat antes de su desaparición, el 2 de noviembre de 2014

Manochat trabajaba como bailarina en un bar de la plaza Nana, donde cientos de turistas se dan cita cada noche en busca de alcohol y sexo. Una semana después, su cuerpo apareció troceado en una maleta junto al río Mae Klong, a más de 100 kilómetros de la capital. Un mes después un blog tailandés, Stickboy, logró identificar al acompañante como Looker, gracias a las imágenes de las cámaras de vigilancia de la plaza, distribuidas por la Policía.

En ellas, aparecía la víctima acompañada por un individuo de constitución fuerte, pelo rapado y aspecto europeo. Looker estaba instalado en Sant Antoni. Al parecer, es socio de un hotel de la zona de la bahía de Portmany.