Opinión | Tribuna

Buenos contra malos

Una asquerosa hipocresía subyace en los lamentos interesados de los dirigentes que afean la escalada violenta pero demonizan todo el rato al adversario

Un lobo solitario odiador del premier eslovaco ha dado un susto de muerte a la UE que advierte en modo pánico contra la violencia verbal de consecuencias asesinas. Incontinente, la ministra Ribera señala a derecha y ultraderecha para que rebajen tensión y angustia, atribuyéndoles en consecuencia parte de la responsabilidad. Como si los de izquierdas fueran todos San Juan de la Cruz. Una desconoce la política eslovaca, pero, al parecer, este señor Fico, al que desea una pronta recuperación, sostiene un discurso nacionalista en contra de la inmigración, preocupa por su deriva autoritaria, su deseo de fortalecer lazos con Moscú y retirar el apoyo militar a Ucrania y se muestra en contra los derechos de los homosexuales y el matrimonio igualitario.

Muy de izquierdas no parece la víctima del atentado y, como poco se sabe del misterioso y oscuro Juraj Cintula, resulta imprudente y sectario atribuir las culpas de la escalada verbal de violencia solo a los que el jefe de Ribera ya situó en la otra parte del muro, en la que paradójicamente se encontraría también el herido.

Una asquerosa hipocresía subyace en los lamentos interesados de los dirigentes que afean la escalada violenta pero demonizan todo el rato al adversario. Esperpénticos o fachosféricos o lo que toque los otros, mientras ellos se revisten de buenismo farisaico. Y tras ellos, la prensa adepta. A diario, el periódico que manda en la izquierda insiste en sus ataques indiscriminados a Ayuso e intenta enfrentarla además a Feijóo por ver de dividir a la derecha. Ahora, además le abre otro frente, con las presuntas desavenencias entre el gallego y el exitoso líder catalán. Por su parte, a diario, cierta prensa de derechas rebusca en las presuntas cloacas de la familia de Sánchez y, ahora, parece que copiando la estrategia de la izquierda, insiste en que Illa puede enfrentarse al presidente y favorecer una división en el PSOE.

No se pacificarán los ánimos repitiendo este blablablá falso que esconde el principio maniqueo de que nosotros somos los buenos y vosotros los malos.

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