Opinión

¡Que viene el verano, Paco!

Mi buen amigo Paco, mientras disfrutamos de nuestro Madrid, me suelta, con esa sublime ironía mallorquina de la que tanto echa mano: «A ver si escribes algo positivo de la isla...». Paco es consciente de los problemas que sufre Ibiza y que amenazan con arrastrarla por el fango: incivismo, falta de vivienda, limpieza, saturación... Y los sufre en su negocio de automoción (sí, eres tú, puñetero). Pero me recrimina que sólo hable de cosas malas, tan evidentes que duele no citarlas, semana tras semana. Es posible que tenga razón, soy un rato cansino. Pero me enmiendo y va por ti, Paco: mientras la isla sale de su letargo de manera lenta pero inexorable puedes ver el optimismo y las ganas de currar de tanta gente que espera ansiosa el verano; se pone guapa, lo intenta (tenemos cada fenómeno en las calles...), para mostrar esos encantos que enamoran a los residentes y que fascinan al visitante. Me refiero al cosmopolitismo, a la alegría de vivir, al arte y la cultura y a su inabarcable historia. Ha descansado, aunque poco, la naturaleza. Y en breve le toca lidiar con esas hordas de espaldas que serán víctimas de quemaduras de primer grado. Summer is coming. Y nosotros que nos alegramos. También regresan la saturación y el plástico, los pisos patera, los bolingas y los amigos de lo ajeno... Lo siento, Paco. Me sale del alma.

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