Desde la Mola

Febrero seco

Valentín Villagrasa

Valentín Villagrasa

Febrero se muestra seco, más seco de lo normal en esto de regar plantas, pero prolijo en las expectativas de una temporada de cambios de manos (me refiero a titulares de negocios, chefs y proyectos de futuro). Ayer me hablaban de los locales por alquilar en es Pujols, de cómo en Sant Francesc hay movimientos gastronómicos, del despegue invernal de un Sant Ferran con atractivos añadidos y un etc que no deja de servir de conversación entre ‘entendidos’ y ‘profanos’ sobre una temporada (a la vuelta de la esquina) que algunos temen que sea tan irregular como la anterior, y dicen que por eso tanto cambio de titularidad. Uno de los temas recurrentes (sustitutivo del lío en el Consell) es el de los quioscos y la pregunta clave: ¿habrá o no habrá quioscos este verano en Formentera? Ni Shakespeare en sus mejores tiempos fue capaz de resolver el enigma del ser o no ser, imagínense unos pobres mortales perdidos en una isla cómo podemos pretender descifrar esta cuadratura del círculo. Comentan los expertos que la decisión está en manos del 1 en la correlación de fuerzas políticas del 1+8. Incluso los 8 urgen una decisión final sobre la adjudicación de los ‘vencedores’ del concurso de marras o la renovación a los ‘antiguos’ por una temporada más a la espera de resolver las dudas jurídicas que se desprenden de tanto ir y venir. Algunos (no me pregunten nombre y apellidos) están por la labor de convocar un nuevo concurso con bases más ajustadas a las necesidades reales y a la idiosincrasia natural del chiringuito frente a lo que se entiende como beach club. La defensa de ese espíritu (casi aventurero) de lo conocido, se ha convertido en un leitmotiv para nostálgicos donde ir al ‘bartolito’ era sinónimo de ‘popular’ frente al elitismo de algunos otros a pie de playa. No es que haya que vestir como para desfile por alfombra roja en los oscars, porque ahí cada uno va como exige el momento, y arena y mar están reñidos con esmoquin y pajarita.

Lo único cierto es que aquí el tiempo juega en contra de los ‘administradores’ de lo público y ya no digamos de quienes tienen que montar de prisa y corriendo el ‘local’. Cada día que pasa, cada comisión de gobierno que se pierde en el blablabla, por mucho interés que tengan los temas que trata, ponen en peligro su presencia estival. Porque no se engañen, mayo ya es pasado y julio presente. Apresúrense que vamos tarde.