Para empezar

Sí, Ibiza es como Silicon Valley

Mientras los empresarios turísticos están exultantes porque todo hace prever que la próxima temporada será igual o mejor que la anterior, los habitantes de Ibiza tiemblan ante ese anuncio. Lo de igual o mejor, claro, es para los primeros, porque un año más sus cuentas se saldarán en números verdes, de manera que el incremento de sus beneficios les permitirá mirar desde la loma en la que construyeron sus villas cómo, a lo lejos, en un erial, los campamentos de caravanas en las que habitan sus trabajadores crecen en igual proporción. Todo seguirá igual que los últimos años: el problema de la vivienda, los atascos, el colapso de las infraestructuras… ¿Todo? No, todo no: las tarifas hoteleras también crecerán. ¿Más? Claro que sí almas de cántaros, porque los clientes del segmento del lujo pueden pagar hasta el infinito y mucho más allá. El precio les da igual. El problema es que ese incremento arrastrará a otros de otros sectores y empujará, más si cabe, la gentrificación que padece la isla (entera, no la de un barrio concreto). Tenía razón Marga Prohens, presidenta del Govern, cuando en Fitur comparó estas islas con Silicon Valley. Pero no porque despuntemos en tecnología, sino porque allí hay poblaciones donde los alquileres y la vida en general han subido tanto que los ricos, pobrecitos, ya no tienen quien les sirva el martini.

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