Desde la marina

Y todo sigue igual

Se repiten los veranos y se repiten los inviernos. En esta bendita isla nos dejamos llevar por la inercia y por el viento que sopla, pero no hay nadie en la timonera. Pasan los años y seguimos sin saber qué isla queremos. Ni tan siquiera se plantea. Es como si no viéramos que nos crecen los enanos, problemas que, aunque tengan relación con el turismo, no los provoca el turismo. Son cosa nuestra. El problema lo tenemos dentro. Si escasea la vivienda, si el empleo es precario, si crece una pobreza que ignoramos etc., es porque no movemos un dedo para reconducir la situación. Podríamos pensar que, pasada la vorágine del verano que nos tiene ocupados, deberíamos pasar el invierno preocupados en conseguir mejoras significativas, pero nos quedamos en cuatro parches. Para que no se diga. Para que parezca que se hace algo. Y arrastramos los problemas un año tras otro.

Aunque los más de dos millones de turistas que recibimos nos rompen las costuras, seguimos buscando un nuevo récord. Tenemos un tácito lema irrenunciable, el “nosotros queremos más” de la canción. Del vertedero no queremos hablar. La escasez de vivienda no hay dios que la enmiende. Por lo que respecta a la movilidad, hemos tirado la toalla. Nos resignamos a que la Marina siga perdiendo vecinos. En la Penya no somos capaces de revertir de una puñetera vez la situación. Y respecto a los aparcamientos perimetrales cantamos el parole, parole, parole de Mina y Dalida. ¿Y qué se hace para pacificar la isla, para conciliar turismo y cotidianidad?

Seguimos sin definir un modelo turístico, sin unificar criterios, sin establecer prioridades de actuación, sin una planificación realista de mejoras a corto y medio plazo. Cada municipio es una taifa que se lo monta como puede o como quiere. Carecemos de una oferta ordenada, de una correcta capacidad de acogida, de servicios dignos y de una calidad de oferta generalizada que no se quede en la exclusividad que ofrecen –y bien está que exista- determinados establecimientos. Todo sigue igual. Un año tras otro.

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