Desde la marina

Tras los pasos de Antonio Marí

Tengo asociada la imagen de Antoni Marí con ‘El pensador’ de Rodin. Supongo que juega en ello un encuentro casual de hace ya muchos años. Fue un día de verano, en es Jondal. Estaba con mi compañera en una terraza y Toni se nos cruzó a dos pasos de la mesa en la que estábamos sentados. Iba solo, cabizbajo, ensimismado, abstraído, con los brazos entrelazados en la espalda, fijos los ojos en el suelo, cosa lógica porque siendo la playa de cantos, de ‘codols’, tiene mal caminar. ¿Qué le rondaba por la cabeza? ¿Tal vez algunos versos de Tríptic des Jondal? Tanto da. Tengo, creo, todos sus libros de narrativa, poesía y ensayo, incluso artículos suyos en periódicos y revistas. Concienzudo en el ensayo, contenido y de muy alto voltaje en sus versos, Toni nos regala joyas como ‘El vas de plata’ o ‘Entspringen’, además de textos inclasificables como el emotivo y extenso poema ‘Han vingut uns amics’. Confieso, sin embargo, que tengo debilidad por la imagen primera, la del pensador que nos descoloca en ‘Llibre d’absències’ y más, si cabe, en ‘El conflicte de les aparences’, cuando indaga las entretelas de la realidad y su sentido, cuando incisivo y expectante nos habla de lo sagrado, de la belleza, del silencio y del tiempo. Me pregunto si no nos habremos perdido también a un pintor. Si no me falla la memoria, creo recordar un cuadro suyo en el mítico espacio de subastas que existía -no sé si todavía existe- en Santa Gertrudis.

Me hubiera gustado asistir al simposio-homenaje que la pasada semana organizó el MACE, pero no estaba en la isla. Quiero pensar que se habrán grabado las intervenciones y podrán llegarnos de alguna manera. Me alegra enormemente que en su casa, en Ibiza, reconozcamos su extraordinario recorrido intelectual, poético y docente. Puede que existan otros casos de tan encendidos elogios como Antoni Marí ha recibido, pero no conozco ninguno como las más de 400 páginas de ‘Les formes de l’amistad’ que, en vida, le dedican en un encomiable gesto de homenaje y afecto, -“en honor de l’amic i el mestre’- sus colegas de la Universidad y algunos de sus alumnos. Desde aquí, yo también quiero darle las gracias.

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