Para empezar

Ibiza, la tierra prometida

Una isla de promesas, de expectativas, de nuevas vidas posibles, de horizontes y de prosperidad. Eivissa, frontera de un antes y un después inevitables, caleidoscópica, infinita en sus pequeñas dimensiones, que atesora como una mater muñeca rusa todas esas Eivissas, las conocidas y las escondidas, las insospechadas, las más sorprendentes. Magnética desde los antiguos fenicios, tierra de acogida, de tolerancia, de mezcla, de aventuras; cruce de caminos donde nadie sobra y todos sumamos. Tierra soñada, paraíso frágil de cristal, mar y pinos, palabra mágica asociada a libertad, a sal, a arena en los pies, a luz azul y montañas verdes. Isla, en fin, casa para tantos y tantos a quienes los vaivenes de la vida nos han conducido, felizmente, hasta aquí, de donde ya no nos iremos jamás por propia voluntad. Y por supuesto que hay problemas, muy graves, y retos inaplazables que enfrentar, derivados precisamente de esa idiosincrasia particular de una isla que atrae como un imán, para bien y para mal. Pero ahí es precisamente donde nos la jugamos y donde debemos demostrar nuestro compromiso individual y colectivo, cada uno desde su lugar: y, como siempre, también desde esta atalaya, Es Diari, que cumple 130 años y cuya razón de ser es defender los intereses de Eivissa y Formentera y de sus habitantes. Defender y preservar, siempre, nuestra tierra prometida.

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