Ver el mar

Escucho una entrevista en la que el entrevistado habla de una novela que marcó su vida: ‘Antoni Benages, el maestro que prometió el mar’. La historia de un maestro rural que prometió a sus alumnos de un pueblo de Burgos que los llevaría a ver el mar. Promesa que no llegó a cumplir. Trasmitió a sus alumnos la pasión por aprender, ilusionó a los más pequeños en la posibilidad de lo imposible. De llegar a donde no habían llegado sus padres. Ver el mar, una promesa que quedó incompleta por la guerra.

Cuántos jóvenes ven en el mar una promesa, una posibilidad, si son capaces de cruzarlo, de una vida mejor. Promesas. Qué peligrosas son a veces las promesas. Cuántos jóvenes vienen a contarnos que arriesgaron su vida, que hipotecaron todo lo que tenían para poder viajar a la tierra de la riqueza y, al llegar aquí, incluso por el camino, tan solo encuentran dolor y desesperación.

Llegan a nuestras costas, llegan a nuestros aeropuertos, deambulan por nuestras calles, duermen en nuestros parques, piden unas monedas, a algunos les dan unas horas de trabajo en negro, claro, no tienen papeles… no pueden trabajar legalmente. Pero su labor, su esfuerzo, su sudor, produce mucha riqueza a desalmados que se aprovechan de ellos. Pero todavía tienen que dar gracias; gracias a estas horas, que a veces no les pagan, pueden comer otro día. Hasta completar cinco años, tres años, de esta situación desesperante en la que luego, solo luego, pueden pedir tramitar sus papeles, ser legales y realizar su labor, su esfuerzo, seguir produciendo riqueza, pero ahora con papeles.

Incomprensible. Como todos sabemos, a esta gente se les ha prometido, muchas veces las mafias, que aquí iban a estar mejor, y solo son promesas. Solo son mano de obra ilegal, realizando tareas que nadie realiza, incluso cuidando a, en principio, nuestros seres queridos, como empleadas de hogar, velando enfermos… promesas.

No todo es ver el mar, sino poder vislumbrar qué es lo que hay más allá del mar. Una vez más el mar es solo unas olas que mece el viento y que producen muchas calamidades y que tras una aparente calma, vuelve a enfurecerse para dejar presente que ahí está el mar.

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