en corto

Por favor, juego limpio

Aunque el desenlace final parezca cantado, se abre (con insólito tiempo muerto de un mes, ¿para qué?) una partida de enorme interés para afrontar en vivo y en directo los problemas de gobernanza de España. Es política pura y todos deben intentar que sea pura. La apertura –no así el tiempo muerto– es correcta: el Rey ha hecho lo único que podía, no porque la lista de Feijóo sea la más votada, sino porque de las cartas mostradas en la mesa de Zarzuela no resulta otra con más opciones, por mucho que todos sepan que existe y probablemente ganará. Si los soberanistas no han querido siquiera visitar al soberano mal podía este imaginar su voto, por otra parte aún en veremos. Ahora tiene Feijóo su turno en el juego, y de la decencia que se le supone hay que esperar que descarte el tipo de trampas que en 2003 cortaron el paso a la izquierda en Madrid («el tamayazo»). Eso sería romper la baraja.

Suscríbete para seguir leyendo