Opinión | En corto
Palabrería edulcorante
Una palabra-fetiche es aquella que puesta al lado de algo lo hace mejor. El prestigio de una palabra-fetiche depende de la amplitud de los dominios con los que emparenta. Por ejemplo, «híbrido», que hoy es fetiche en cosa de automoción, emparenta con fusión, mestizaje y transversal (cabeza de serie a su vez del mundo de lo «trans»). La familia de lo «sostenible» es también muy amplia y, aunque su dominio principal sea el mundo de la empresa, se mete en nuestra vida a través de lo reciclable y el ahorro. El prestigio de estas dos palabras-fetiche viene a su vez, por vía vertical, de la lucha contra el cambio climático, una causa universal no discutible. Mientras respiramos esas virutas léxicas de efecto placebo, el cambio de marras no se deja impresionar por los fetiches y sigue a su aire, ante lo cual no queda otra que disimular, llamando «buen tiempo» a un dramático aumento de las temperaturas.
Suscríbete para seguir leyendo
- La presencia de las serpientes en Ibiza, un problema "prácticamente irresoluble
- Se confirma el peor temor de la Zarzuela: Iñaki Urdangarin ficharía por una famosa cadena de televisión
- Éxito en los ‘openings’ de las discotecas de Ibiza pese a la falta de personal que hunde a otros sectores
- Infraviviendas en los alrededores del campamento ilegal de Can Rova
- Natalia, la primera mujer policía de Sant Joan: «Lo difícil es aceptar que estás para hacer cumplir la ley, no para hacer justicia»
- Multa de 483.900 euros a una cafetería, centro de yoga y guardería en Santa Eulària sin licencia
- Uno de los habitantes del camping ilegal de Can Rova: «La mayoría de la gente tiene una fosa séptica»
- Oportunidad: Dúplex con terraza y vistas al mar en el casco histórico de Ibiza