Opinión | Para empezar

Detector infalible

Algo positivo de llevar mascarilla es que su diseño es un detector de personas tóxicas. Me sucedió hace unas semanas en un avión con destino Madrid. La azafata nos pidió, por favor, que cada uno permaneciera en su asiento asignado pese a que más de la mitad de la cabina estaba vacía. De acuerdo. Ningún problema. Bueno, ningún problema para mí, porque un tipo intentó escaquearse y se sentó donde le dio la gana. Cuando la azafata le pidió que regresara a su asiento, el tipo en cuestión empezó a armar escándalo y a faltar al respeto a la trabajadora. Me fijé y resulta que el hombre llevaba una mascarilla que consistía en una enorrrrrrme bandera, un banderazo que le cubría la cara. No falla, cuanto mayor es la bandera, más probable es que alguien desarrolle conductas psicópatas, asociales, incívicas y se comporte como un auténtico majadero. La bandera es un detector infalible de personas tóxicas, de gente a quien conviene esquivar. Hay otras señales indelebles: los que saludan genuflexos ante el jefe pero son incapaces de darle los buenos días al conserje o a la empleada de la limpieza, los que tratan con desprecio y clasismo a camareros y recepcionistas. Conductas inequívocas que nos advierten de que estamos ante alguien de quien más nos vale escapar.

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