La Guía Michelin ha incluido en su edición para España y Portugal de 2023 al restaurante 1742 que comanda el chef Edwin Vinke. Apenas un año después de abrir sus puertas en el corazón de Dalt Vila, barrio reconocido como Patrimonio de la Humanidad, el proyecto consigue entrar en la publicación gastronómica más importante del planeta.

La apuesta de Grupo Nassau por convertir un palacio del siglo XVIII en un lugar donde la alta cocina se conjuga con el arte y la música del Clasicismo no ha dejado indiferentes a los inspectores de La Guía.

Sabores que nacen de Ibiza en un palacio de 1742

Otorga mucha singularidad al joven restaurante la defensa de una cocina tan personal como arraigada al territorio que reivindica Vinke. Por un lado, la pasión marina del chef, poseedor de dos Estrellas Michelin, que le lleva a utilizar las algas o el caviar con los que revolucionó los fogones de Países Bajos desde De Kromme Watergang.

Por otro, los sabores intransferibles del cabrito, la gamba, la roja, las almendras o la patata de la isla. Y, maridando la experiencia, el mayordomo que conduce a los comensales por el interior del edificio, el aljibe donde se ha instalado una bodega surtida con los mejores vinos del mundo, las actuaciones operísticas que amenizan la velada, las melodías de violín que reciben a los comensales cuando traspasan el portón de entrada o los cuadros –obra del propio Vinke algunos de ellos– que cuelgan de las altas paredes de uno de los palacios más antiguos que se conservan en Dalt Vila.

Premio al trabajo

En definitiva, la inclusión de 1742 en La Guía Michelin España y Portugal 2023 es un premio al trabajo coral que llevan a cabo más de cincuenta profesionales de la hostelería. El estímulo de figurar junto a los mejores restaurantes de la Península Ibérica en la publicación decana de la restauración mundial (la edición francesa apareció en 1900), ayudará al equipo de Grupo Nassau a mejorar todavía más la calidad de su servicio. El objetivo es lograr que la experiencia de cenar en 1742 sea un recuerdo imborrable. Los afortunados que ya se han sentado en los salones versallescos donde se sirven los seis platos del menú degustación dan fe de ello.