Dionisio Rodrigo, cien años: "Hay que votar. Antes, con 'el abuelo' no se podía"

El colegio electoral de Can Ventosa abre con 17 minutos de retraso al sufrir una suplente un ataque de ansiedad

Dionisio Rodrigo vota en Can Ventosa, Ibiza.

Dionisio Rodrigo vota en Can Ventosa, Ibiza. / César Navarro

César Navarro

César Navarro

Con una sonrisa permanente y muy bien acompañado por familiares, Dionisio Rodrigo, conquense con "cien años y dos meses", le pasa la papeleta a la presidenta de la mesa; desde su silla de ruedas no puede depositar él mismo el voto en las elecciones europeas. Y vota. Lo ha hecho muchas veces en su vida, aunque recuerda que hace unos años, "no se podía porque estaba el abuelo", en referencia al dictador Francisco Franco.

El centro cultural de Can Ventosa bulle de actividad. La jornada ha empezado con diecisiete minutos de retraso por un pequeño problema. La presidenta de una de las mesas se ha tenido que ausentar por un problema familiar y su suplente, de poco más de sesenta años, no ha podido con la presión y ha sufrido un pequeño ataque de ansiedad. Los agentes de la Policía Local, diligentes, han levantado acta que procederán a elevar a la Junta Electoral, que se ha constituido, como en todas las elecciones, en la sede de los Juzgados de Ibiza.

Pero eso a Dionisio no le afecta. Está feliz y se le nota. Y anima a todos a ejercer el derecho a participar en unas elecciones porque, por experiencia, sabe hasta qué punto es importante este derecho constitucional: "Hay que votar. Antes, con el abuelo, no se podía. Por suerte eso cambió hace años", insiste.

Dionisio Rodrigo es vecino de Ignasi Wallis. Llegó a Ibiza procedente de su Cuenca natal hace sesenta años. Y ha trabajado en la construcción y además, apunta cómplice ante la proximidad de una agente, también estuvo en el cuerpo de la Policía Local. Fueron ocho años, pero los recuerda bien. Como los problemas que le dio su apellido cuando llegó a la isla: "No había manera en que la gente entendiera que mi apellido era Rodrigo, no Rodríguez". Una de sus familiares asiente, con un punto de orgullo en la mirada.

Siguen llegando votantes a Can Ventosa, cuyo acceso ha cambiado en esta jornada electoral y ahora da a la avenida de Ignasi Wallis. Algunos apoderados del PP se piden unos cafés en la barra. Todas las mesas de este colegio electoral cerrarán esta noche 17 minutos tarde. Hay que recuperar ese preciado tiempo perdido por un inoportuno ataque de ansiedad.

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