Infraestructuras culturales de Ibiza

El proyecto de remodelación del Museo Arqueológico de Ibiza saldrá a concurso «antes del verano»

«Es fundamental que vuelva a abrir lo antes posible porque es un símbolo de la isla», señala el secretario de Estado de Cultura, que asegura que no pondrá objeciones a que el Consell se encargue de su gestión

Rafael Triguero y Jordi Martí salen del Museo Arqueológico.

Rafael Triguero y Jordi Martí salen del Museo Arqueológico. / Toni Escobar

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

El secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, anunció ayer que confía en que «antes del verano» salga a concurso el proyecto museográfico y arquitectónico de remodelación del Museo Arqueológico de Dalt Vila, el enésimo paso para poder reabrirlo: lleva cerrado desde 2010. El anuncio lo hizo tras visitar el interior de ese espacio museístico (que se encuentra en obras desde hace casi tres lustros) en compañía del alcalde de Ibiza, Rafael Triguero; de la consellera ibicenca de Cultura, Sara Ramón, y del director general de Cultura del Govern, Pere Vidal.

«Las cosas —aseguró Martí— están bastante avanzadas. Espero que antes del verano ya podamos sacar el concurso para el proyecto museográfico y para el proyecto arquitectónico de la remodelación. Eso nos debería permitir que, a continuación de tener el proyecto ejecutivo, se empezarán las obras de remodelación». Eso sí, otro asunto es su duración: «[Se hará] en los meses que hagan falta, pues es un proyecto que hay que hacer bien al trabajarse en una pieza [la antigua Universitat] que es una pequeña joya, por lo que los niveles de conservación deben ser los de mayor calidad. En un edificio como este siempre es complicado y difícil», avisó el secretario de Estado.

En ese sentido, no quiso dar fechas concretas sobre el inicio de las obras y, mucho menos, sobre su final: «No me quiero comprometer a dar mayores concreciones porque cuando se trabaja en un espacio de un nivel patrimonial tan importante como del que estamos hablando se hace muy difícil poner límites, fechas muy exactas. Las paredes y las piedras piden más cuidado».

«Es fundamental —dijo Jordi Martí— que el Museo Arqueológico vuelva a abrir lo antes posible, sin ninguna duda. Pero no sólo porque lleve años cerrado, sino porque es un símbolo de la isla que, desde mi punto de vista, tiene un interés cultural que va más allá de su ubicación».

«Con la mayor celeridad»

Aseguró, en ese sentido, que el Ministerio de Cultura «está plenamente comprometido para que [la remodelación del Museo Arqueológico] vaya adelante con la mayor celeridad posible». «Con mi visita —añadió— quiero expresar ese compromiso de una manera ineludible. Y trabajaremos con todos los técnicos tanto de la dirección general de Patrimonio como de la gerencia de Infraestructuras del ministerio para poder tener la licitación lo antes posible y para poder disponer de un proyecto ejecutivo lo más deprisa posible, donde incorporaremos la museografía para acelerarlo todo».

"Este museo, por donde está situado, al lado de la catedral y del nuevo Parador, debe convertirse en un símbolo de identidad de los ciudadanos y de la isla"

Dio, precisamente, mucha importancia a la conjunción del lenguaje de la rehabilitación arquitectónica con el de la museográfica en este proyecto: «Han de trabajar juntos, de manera que un solo equipo pluridisciplinar pueda acometer el conjunto del proyecto y tenerlo disponible a la mayor brevedad posible».

Martí considera necesario que «este tesoro [el edificio antiguo de la Universitat] pueda volver a estar abierto al público», particularmente al de la propia isla: «Como vengo de una ciudad muy turística [Barcelona, donde fue edil de Cultura], sé que a veces el turismo termina expulsando de los lugares de interés cultural a los ciudadanos. Acaban pareciendo espacios sólo para quienes nos visitan. Este museo, por donde está situado, al lado de la catedral y del nuevo Parador, debe convertirse en un símbolo de identidad de los ciudadanos y de la isla. Espero que esta visita, que no ha de ser sólo una flor de verano, sirva de impulso definitivo para que vuelva a abrir las puertas».

Gestión insular

La consellera ibicenca de Cultura transmitió a Martí tanto «la necesidad de abrir cuanto antes el Museo Arqueológico, tras tantos años cerrado», como que el Consell aprobó en pleno «una moción para solicitar que la institución insular se haga cargo de la gestión del museo», algo a lo que el secretario de Estado no se opone: «Es un museo de titularidad estatal y eso no va a cambiar. La gestión está diferida ahora al Govern balear. Si hay una propuesta por parte del Ejecutivo balear y del Consell para que la gestión se traslade a la institución insular, nosotros no tenemos mucho que decir. Hay que analizar jurídicamente qué pasa con el personal, hacer un proyecto de nueva gobernanza. Lo estudiaremos con total sintonía. Ya se hizo una delegación de gestión de muchos centros de titularidad estatal en los años 80 y creemos que es la mejor manera de gestionar el Patrimonio, desde la cercanía. Que lo haga el Govern balear o el Consell ya es una cuestión que deben decidir las autoridades baleares. Para nosotros no será un problema».

Adiós al dos en uno de Cas Dominguets

Hace 15 años y siete meses, el 27 de agosto de 2008, el entonces ministro de Cultura, César Antonio Molina, aseguraba que antes de acabar aquella legislatura se construirían en Ibiza la Biblioteca Nacional y la nueva sede del Museo Arqueológico. El espacio elegido para albergar ambas infraestructuras culturales era un terreno cedido por el Consell en Cas Dominguets. La operación costaría 14 millones de euros. Los políticos pitiusos estaban tan agradecidos que incluso anunciaron que nombrarían a Molina presidente de honor del Consorcio Ibiza Patrimoni.

El edificio, de unos 7.000 metros cuadrados, albergaría tanto el museo como la biblioteca y un archivo. Los tres en el mismo espacio. «Me encantaría poder inaugurarlo», afirmó Molina, que, está claro, no tenía poderes adivinatorios: José Luis Rodríguez Zapatero lo despachó ocho meses después. «A partir de hoy, la biblioteca comienza a caminar», comentó también, con poco acierto premonitorio, el presidente del Consell Ibiza, Xico Tarrés.

Sí, han leído bien: por entonces, la alcaldesa de Vila, la socialista Lourdes Costa, proyectaba dar otro uso a la antigua Universitat (sede del Arqueológico) y convertirla en una prolongación del Centro de Interpretación de Dalt Vila de la Casa de la Cúria, de manera que se convirtieran en el «futuro Museo de Historia de la Ciudad». El contenido del Museo Arqueológico (que dos años más tarde se cerraría a cal y canto por unas filtraciones que convirtieron sus paredes en cascadas y al que hubo que ‘coser’ con acero para que no se derrumbara) se trasladaría a ese edificio previsto en Cas Dominguets, que compartiría con la Biblioteca Estatal.

Tres lustros después, el Ayuntamiento, en manos del PP, quiere que el Museo Arqueológico siga donde estaba y considera que el edificio de los antiguos juzgados es más idóneo para acoger la Biblioteca Estatal porque tiene 2.000 metros cuadrados más que el que podría edificarse en sa Joveria. Y sólo han pasado 15 años.

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