Especial VII Jornada. Caminos hacia la sostenibilidad en Ibiza y Formentera - Movilidad sostenible en el mar

«El transporte marítimo está generando un gran impacto»

El biólogo marino Manu San Félix afirma que el exceso de barcos produce mucho ruido submarino, que se paliaría con barcos eléctricos. El CEO de la Bella Verde, que impulsa la náutica sostenible, denuncia la falta de apoyos

Manu San Félix se dirigió al auditorio con un vídeo grabado minutos antes en el Pacífico. | FOTOS: MARCELO SASTRE

Manu San Félix se dirigió al auditorio con un vídeo grabado minutos antes en el Pacífico. | FOTOS: MARCELO SASTRE / diana blesa. eivissa

Diana Blesa

Diana Blesa

Desde la expedición en la que participa en el Pacífico, el biólogo marino Manu San Félix, que reside en Formentera, repasó en la jornada Caminos hacia la Sostenibilidad la evolución del transporte marítimo desde hace 30 años hasta hoy.

Maarten Bernhart, fundador de la Bella Verde.

Maarten Bernhart, fundador de la Bella Verde. / diana blesa. eivissa

En un vídeo grabado minutos antes, San Félix recordó la presión que ejercían las instituciones, la sociedad y los negocios en aquellos tiempos por conseguir más conexiones marítimas. «Se venía de décadas en las que Ibiza y Formentera habían sufrido mucho la insularidad, un aislamiento que las protegió, pero pasados 30 años está encima de la mesa lo contrario: tenemos mucho transporte marítimo que está teniendo un gran impacto».

«Hemos crecido sin límites, quizá ya hay que plantearse poner esos límites», sentenció el biólogo, quien detalló que los barcos de pasajeros, los de mercancías y los que navegan para el disfrute están provocando un excesivo ruido submarino, atropellamiento de especies y vertidos.

Manu San Félix afirmó, sobre el ruido submarino: «Estamos en el máximo, espero no equivocarme». Y recordó que la transformación hacia motores eléctricos disminuirá ese impacto. «Mientras eso sucede, hace falta conocimiento para gestionar correctamente el espacio marino. Los animales se mueven siguiendo corredores marinos, y el transporte tiene también sus carreteras. Esto hay que superponerlo en mapas», propuso, una acción que ejemplificó con Dominica, donde el dibujo de las zonas de movimiento de los animales y las rutas de transporte ha permitido la conservación de cachalotes.

A través del vídeo que se proyectó en el auditorio de Diario de Ibiza, Manu San Félix habló de los vertidos de los barcos al mar, que siguen produciéndose a pesar de que la recogida de aguas de sentinas es gratis: «Vemos que en las marinas muy pocos utilizan este servicio». Y apuntó que es muy difícil vigilar esta mala práctica, y que la mejor forma de combatirla es «la presión de todos».

Para finalizar, Manu San Félix afirmó: «Podemos ir hacia un Mediterráneo mejor, hacia unas Baleares que vayan pareciéndose más a cómo eran antes del boom turístico y urbanístico de los años 50, 60 y 70».

Náutica sostenible

Durante la jornada celebrada en el Club Diario de Ibiza, la aplicación de la sostenibilidad a la náutica fue un tema recurrente que se abordó tanto en las ponencias como en la mesa redonda. A la visión de Manu San Félix, defensor de la transformación hacia motores eléctricos, se sumó el CEO y fundador de la Bella Verde, Maarten Bernhart, que explicó las pocas facilidades que su empresa ha encontrado en Ibiza para lograr esa conversión hacia la náutica sostenible.

«Vivo en Ibiza desde hace 13 años. En 2014 empezamos con la Bella Verde: queríamos navegar este mar maravilloso, pero no de la misma manera», arrancó Bernhart. «Todo el sector náutico de ocio existe a costa de la naturaleza: los materiales de los que están construidos los barcos, los vertidos, la gasolina, los fondeos sobre la posidonia... Fundamos la Bella Verde con la misión de cambiar», continuó.

Su empresa comenzó con el chárter de barcos completamente respetuosos («con huella positiva»), y su actividad se amplió con la transformación de barcos para que solo necesitaran el sol y el viento para navegar. También empezaron a construir barcos ya que, «más allá de las emisiones, otro problema importante son los materiales que se utilizan en su construcción: plástico mezclado con fibras de vidrio, materiales tóxicos y no reciclables».

«En la Bella Verde construimos barcos 100% autónomos, que no cargan en puerto, con materiales reciclables y no tóxicos», explicó. Además, durante la navegación, estos catamaranes cuentan con unas redes para recoger todos los plásticos que flotan en el mar.

Sin embargo, todos los esfuerzos de la Bella Verde por contribuir a un Mediterráneo más limpio no han contado, según Maarten Bernhart, con el apoyo de las administraciones para continuar su actividad en Ibiza. «Llevamos diez años siendo la única empresa que no se carga el mar por dinero. Se puede pensar que cada año será mejor, pero la realidad es la contraria: cada año nos complican más las cosas», lamentó. De hecho, esta situación ha derivado en que de siete barcos que tenían en operación en la isla, este año sólo vayan a quedar dos.

Falta de ayudas

«No somos un cliente interesante para el puerto porque no ganan dinero con nuestra operación. No tenemos amarres, ya no tenemos boyas [tenían cinco y tras dos años se quedaron con una] y los campos de boyas que van a instalar son sólo para turistas», denuncia. Por este motivo, expresa: «No nos queda otra que irnos de aquí».

Bernhart afirmó que en otros lugares «sí se están haciendo las cosas bien». Por ejemplo, comenzarán a operar en Liboa, donde, a pesar de haber listas de espera para amarrar en sus puertos, dan prioridad a los barcos eléctricos: «Al día siguiente de ponernos en lista de espera teníamos un amarre». O en Málaga, Francia e incluso Mallorca, donde este año van a hacer pruebas con pantalanes flotantes para barcos eléctricos.

«Para Ibiza, el mar y el sector náutico son muy vistosos. Mucha gente pasa por los puertos y, si sólo ven megayates, no creo que se inspiren mucho a cambiar de actitud», opinó el fundador de la Bella Verde, quien afirmó que Ibiza está frente a una gran oportunidad: ser la primera de las Baleares que realmente apoye el cambio del sector náutico. «El turismo náutico no se puede desarrollar a costa de nuestro mar».

Maarten Bernhart instó también a las instituciones a desarrollar un plan para la reconversión a barcos eléctricos. «Una conversión cuesta entre 40.000 y 100.000 euros. Hoy en día hay subvenciones de hasta 15.000 euros, que están muy bien pero tú tienes que poner el resto del dinero. Si no tienes ninguna ventaja, no tienes boyas, ni amarres... no vas a hacer ese esfuerzo», recalcó el empresario. «La voluntad existe, pero los apoyos o ayudas realmente no tienen ningún impacto», concluyó.