Las praderas de posidonia de la bahía de Talamanca son las «más impactadas» de Ibiza y Formentera

Los ecologistas instan a regular los fondeos, eliminar los muertos e incorporar el área como zona a proteger para incrementar la vigilancia

Bea Roselló

Bea Roselló

Un estudio elaborado por el GEN-GOB, en colaboración con el Ayuntamiento de Ibiza y financiado por IbizaPreservation Foundation, destaca que entre el 50% y el 55% de la pradera de posidonia de la bahía de Talamanca está muerta. Así lo manifestó ayer el coordinador del Área Marina del GEN-GOB, Xisco Sobrado, quien detalló que la bahía de Talamanca es la zona «más impactada» de las Pitiusas y, de hecho, señaló que en los últimos cinco años se han perdido hasta once estaciones de muestreo debido a la afectación sobre la planta marina, una situación que no sucede en ningún otro punto de la isla.

Sobrado explicó en rueda de prensa que, según los estudios existentes, cuando ya se registra entre un 15% y un 20% de pradera muerta es signo de preocupación «porque no se puede atribuir a causas naturales sino que hay efectos antrópicos». En este sentido, apuntó no solo a los fondeos descontrolados de la bahía sino también al vertido de aguas mal depuradas o a la salmuera. «Aunque el emisario ya se cambió, tiene efectos históricos», remarcó el coordinador del Área Marina del GEN-GOB.

En la bahía de Talamanca existen cuatro estaciones de muestreo, que se suman a la instalada en Punta Roja, donde el estudio demuestra que es una zona «menos impactada» y con un 90% de la pradera de posidonia viva.

Revertir la situación

En rueda de prensa, Sobrado instó a la necesidad de regular los fondeos con un estudio de capacidad de carga ambiental así como la eliminación de las estructuras fijas de fondeo, los muertos.

Además, señaló que otra «solución» podría ser incluir la bahía de Talamanca como zona a proteger, con el fin de incrementar la vigilancia sobre los fondeos. Aún así, recalcó que de hacer una regulación «muy importante» en Talamanca provocará que «muchas de esas embarcaciones puedan ir a otros puntos de la isla y fondear sobre praderas que aún están bien conservadas».

La bahía de Talamanca repleta de embarcaciones fondeadas.

La bahía de Talamanca repleta de embarcaciones fondeadas. / Vicent Marí

De ahí, apuntó que, bajo una visión más «holística» se debería ir hacia «el decrecimiento en el número de turistas y hacia una limitación y reducción del número de embarcaciones no solo para Talamanca sino para toda Balears».

Actuaciones desde Vila

El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Ibiza, Jordi Grivé, avanzó que de cara a este verano se retrasará la línea de balizamiento en la zona de Talamanca hasta los 200 metros. Según explicó, actualmente, había franjas donde el balizamiento se encontraba a 80 metros o 120 metros de la costa.

Además, Grivé indicó que se retomará el estudio de regulación de fondeos con boyas ecológicas y se ha mostrado esperanzado ante la puesta en marcha de la nueva depuradora. En este punto, el edil indicó que, aunque son datos «preocupantes» y «contundentes», la situación se puede «revertir». «Si nos ponemos y empezamos a cambiar las cosas, no estará todo perdido», dijo.

La directora de IbizaPreservation, Inma Saranova, dijo que es «muy necesario» seguir apostando por la investigación y la mejora del conocimiento sobre el estado de la posidonia a fin de poder identificar las causas precisas de su degradación para intentar revertir esta situación lo antes posible.

Inma Saranova, Jordi Grivé y Xisco Sobrado.

Inma Saranova, Jordi Grivé y Xisco Sobrado. / Vicent Marí

Además de la bahía de Talamanca, que fue objeto de la presentación que tuvo lugar ayer, el GEN-GOB también realiza la monitorización de las praderas de posidonia en otros puntos de la isla de Ibiza, aunque en las zonas de sa Conillera, Cala d’Hort, Cala Llentrisca, Porroig y la Xanga, el estudio empezó en 2021 .

Degradación en la costa

En el resumen ejecutivo del seguimiento de las praderas de posidonia, desde el GEN-GOB se determina que toda las zonas, salvo Cala d’Hort, constatan una «mala situación ambiental» así como «signos de degradación ambiental». En estos puntos, a los que también se suma Cala Vedella, la degradación se achaca a «actividades antrópicas», ya sea el fondeo de embarcaciones, el vertido de aguas mal depuradas o el cambio climático, detallan en el informe.

Además, se especifica que, aunque Talamanca es la zona donde se arrojan índices más altos de posidonia muerta, éstos solo son comparables a una de las estaciones que hay instaladas en Porroig y que verifica que el 49% de la pradera está muerta.

Por otro lado, en el estudio se puntualiza que existe un «patrón de comportamiento» que se repite tanto en Talamanca como en Cala Vedella, donde los estudios empezaron en 2019. En estas dos localizaciones hay un «aumento de la densidad máxima de haces» junto a valores «muy elevados de praderas de posidonia muerta». Este hecho, apunta, es indicativo de zonas «impactadas por el fondeo» .

Esto se debe a que la pradera intenta compensar la pérdida de haces, especialmente, en zonas poco profundas donde tiene mucha disposición de luz. Aún así, este crecimiento de hojas es «totalmente insuficiente» para regenerar la planta.

Por contra, en las estaciones de sa Conillera, Cala d’Hort, Porroig, Cala Llentrisca y la Xanga se ha registrado una «reducción en la densidad de haces». Aún así, desde el GEN-GOB no consideran los últimos datos como concluyentes de un comportamiento ya que la serie temporal es de tres años y «puede ser pronto para establecer una tendencia negativa generalizada».

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