La Policía Nacional de Ibiza dice que tuvo que placar al menor conductor del patinete porque huía

El joven, de 17 años, sufrió la rotura del tímpano izquierdo

La comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ibiza, en una imagen de archivo.

La comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Ibiza, en una imagen de archivo. / VICENT MARÍ

La Policía Nacional de Ibiza ha reaccionado a la denuncia de un menor por haber sido presuntamente agredido por unos agentes que le redujeron después de huir en patinete eléctrico la tarde del pasado 28 de noviembre, cuando le habían dado el alto por saltarse un semáforo en rojo.

Desde el cuerpo de seguridad aseguran que la actuación llevada a cabo fue «proporcionada y adecuada a los hechos» y que la lesión que presenta el joven en la oreja izquierda, menos de dos centímeros, como refleja el parte médico inicial, «no se corresponde con una paliza propinada por cuatro policías (los que formaban la patrulla)», sino con el momento de la detención, cuando «hubo que engrilletarlo porque había huido y tenía intención de volver a hacerlo».

Por otro lado, el menor acudió el martes día 5 a una cita con un especialista privado, cuyo parte médico sí refleja una rotura de tímpano, y que le citó de nuevo el pasado lunes para realizar una revisión de la lesión.

Riesgo para la seguridad vial

El joven, de 17 años de edad, recibió la orden de detenerse por parte de los agentes cuando estos patrullaban por el centro de Vila realizando trabajos de prevención ciudadana. El conductor, además de saltarse el semáforo en rojo, circulaba indebidamente por una vía con línea continua, sin casco de seguridad (obligatorio dentro del término municipal de Vila) ni chaleco reflectante, señalan fuentes policiales.

La madre del menor relató la misma versión hace dos días a este diario y aseguró que su hijo «huyó porque tenía miedo de que le quitaran el patinete eléctrico, porque lo había trucado». El joven confesó esto a los agentes cuando fue preguntado, una vez localizado, por el motivo de fuga, y explicó que le había hecho modificaciones al vehículo para que alcanzara mayor velocidad.

El menor escapó «poniendo en riesgo la seguridad de los peatones», según indican desde el Cuerpo Nacional de Policía, y añaden que en un primer momento, los agentes bajaron del vehículo policial para gritarle que se detuviera, pero al ver que no cumplía la orden, iniciaron una persecución en coche con las sirenas en marcha. Le perdieron la pista finalmente en un callejón de la zona de es Viver.

Cuando los agentes consiguieron localizar al menor, gracias a la colaboración ciudadana, el joven hizo «amago de esconderse y salir corriendo otra vez», señalan fuentes policiales, por lo que «tuvieron que inmovilizarle y engrilletarle» para evitar que volviera a huir y como marca el protocolo en estos casos, llevarlo luego a comisaría.

La madre, que salió al escuchar los gritos de ayuda de su hijo, pidió a los agentes que no lo detuvieran y aseguró que se haría cargo de que el menor, propuesto para sanción, no volviera a infringir la normativa de circulación.

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