Héctor Salvador, en el Foro Marino de Ibiza: «Es una locura olvidarse del mar»

Una conferencia de Héctor Salvador, primer español en descender hasta la Fosa de las Marianas, y una serie de actuaciones de concienciación ambiental echan el cierre al programa de la última edición del Foro Marino de Ibiza

«Cuando era pequeño me encantaban las historias de las grandes exploraciones. Pero después de que se alcanzaran el Polo Norte y el Polo Sur, pensaba que toda la Tierra ya estaba descubierta, que no había vacíos en el mapamundi y que lo que tocaba era ir a la Luna o a Marte. Estaba equivocado», explica Héctor Salvador, ingeniero aeronáutico y piloto de submarinos: «Aquí, en Caló de s’Oli, enfrente de nuestros ojos, tenemos al 70% del planeta que todavía no hemos explorado».

Salvador se refiere a las profundidades de los océanos. Una extensión inmensa que, al estar oculta a nuestra mirada, ha permanecido ignota hasta ahora: «Es lo que se llama la ceguera del océano. Durante siglos ha sido eso que está enfrente nuestro. Una superficie opaca sin nada más. Pero ahora, gracias a la tecnología, podemos entender qué hay ahí debajo».

Ha sido el último de los invitados de la última edición del Foro Marino. Salvador, que en el año 2021descendió hasta uno de los puntos más profudos de los océanos, el abismo de la Sirena de la Fosa de las Marianas -hasta los 10.706 metros de profundidad; el punto más profundo de la fosa está en 10.994- ofreció ayer una charla en el auditorio de Caló de s’Oli en la que contagió a los asistentes su entusiasmo ante las enormes posibilidades científicas que supone el descubrimiento de los fondos abisales.

«Cuando yo empecé en la industria de los sumergibles se bajaba a 100 metros de profundidad. Ahora se puede ir a cualquier punto del fondo del océano. Es el inicio de una nueva era», explicó Salvador, quien relató la efervescencia intelectual que supone «poder estudiar, poder comprender» cada rincón de la profundidad de los océanos.

¿Con qué objetivo debemos realizar estas exploraciones? «Podemos buscar respuestas a preguntas fundamentales como es el origen de la vida en nuestro planeta, ya que hay teorías de que la vida se originó en esas profundidades y de ahí evolucionó hasta colonizar la superficie. También podemos entender los mecanismos, las fuerzas que modelan nuestro propio planeta, estudiar el origen de los maremotos». Se trata, en definitiva, de «conocer este enorme espacio con nuestros propios ojos».

Salvador se muestra entusiasmado ante el futuro que depara a la humanidad y señala que, tras visitar el punto más hondo del planeta al que puede acceder el ser humano, su vida ya no es la misma: «Uno vuelve transformado, aunque esto te sucede después de cualquier inmersión, ya sea a 10.700 metros o solo a 15. Cuando ves el mundo marino en su hábitat, ves las conexiones entre especies, ves cómo funciona, lo frágil que es, lo amenazado que está, es una sensación impactante, que te remueve». Por ese motivo tiene claro que es imprescindible que «la gente se enamore de los océanos y se implique en protegerlos».

La protección de los océanos requiere una implicación global de los gobiernos, aunque también es imprescindible una concienciación individual para que, al menos, la toma de conciencia de la ciudadanía empuje a los gobiernos a tomar decisiones. En este proceso largo y constante participan organizaciones como IbizaPreservation o el GEN-GOB, con acciones con las que intentan extender al conjunto de la sociedad la preocupación por los océanos.

Joan Sillero, de Voluntaris d'Eivissa, muestra una pelota de restos de toallitas de baño.

Joan Sillero, de Voluntaris d'Eivissa, muestra una pelota de restos de toallitas de baño. / D.V.

Así, ayer, antes de la conferencia de Héctor Salvador, en el litoral de Cala de Bou el GEN-GOB desarrolló una recogida y muestreo de microplásticos y Ibiza Preservation, con la colaboración de Plastic Free Ibiza, otra recogida de residuos para, posteriormente, explicitar en una performance lo fácil que es evitar que nuestra basura llegue al mar. Así, extendieron una cinta métrica desde la línea de la costa hasta la papelera más cercana -27 metros- para demostrar lo poco que cuesta hacer las cosas bien y no dejar los residuos en la playa. «Lo que más hemos encontrado son restos de toallitas de baño. Hemos insistido en que las toallitas no se deben arrojar a la taza del lavabo y seguieremos insistiendo en ello. En la playa de Cala de Bou, junto a las canaletas de desagüe, los restos de toallitas lo impregnan todo», explica Ayelén Alonso, coordinadora de Plastic Free en las Pitiusas.

«Los microplásticos que más encontramos son los pellets», comenta Balma Albalat, técnica del GEN-GOB, refiriéndose a unas bolitas pequeñas y duras, de menos de cinco milímetros, que se usan para la fabricación de productos de plástico. Albalat señala que en invierno, al no ser temporada de baño y no limpiarse las playas regularmente, estos espacios dan una imagen realista de su situación ambiental: «Nos encontramos con los residuos que arrastra la corriente». La bahía de Portmany es la más contaminada de microplásticos, ya que llegan los residuos que transportan las corrientes desde el golfo de León y las costas de Cataluña: «La mayoría de los pellets nos llegan de fábricas que hay en la costa de Tarragona».

Los voluntarios depositan la basura que han recogido y la dejan frente al auditorio de Caló de s’Oli, a la vista de los curiosos. «Antes no sabíamos nada del mar, pero ahora no tenemos excusas», exflexiona el conferenciante Héctor Salvador: «Olvidarse del mar es una locura».

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