Club Diario de Ibiza | Presentación del libro ‘Hombres de barro’

Inés Ventós pone voz y rostro a los ‘Hombres de barro’ de las Pitiusas tradicionales

La autora catalana afincada en Eivissa presenta en el Club Diario de Ibiza su libro ‘Hombres de barro’, que detalla el arte y el oficio de la cerámica local | El alfarero Antoni Marí ‘Frígoles’ explica cómo ha cambiado la profesión

«Te ha costado, pero lo has conseguido. Tú te has interesado por la alfarería. Mucha gente de Ibiza y Formentera no se preocupa por esto», felicita el ceramista Antoni Marí Frígoles a Inés Ventós, la autora del libro ‘Hombres de barro’. Ella contesta que el experimentado artesano «es el eje del libro» y que se documentó acerca del oficio, cuya tradición describe en la publicación, mientras lo veía trabajar en su estudio. «Era muy divertido ver a mi padre moverse de un lado a otro con Inés detrás tomando notas», ríe María José Marí, la hija de Frígoles y alfarera, antes de destacar que él es «muy generoso con la gente que pasa por su taller».

Frígoles explica que la actividad ha cambiado mucho con el paso del tiempo mientras da vueltas a su bastón: «Ahora es un trabajo de señores porque el torno es eléctrico y el horno es de butano».

María José Marí matiza que, a pesar de ello, trabajan con sabañones en los dedos en invierno por el frío y la humedad. «Tenemos un color muy bonito de piel porque nos lavamos con agua con barro y nos secamos con toallas manchadas de barro. Es una exfoliación constante», bromea.

El ceramista ‘Frígoles’ intervino en la presentación. | MARCELO SASTRE

El ceramista ‘Frígoles’ intervino en la presentación. | MARCELO SASTRE / MIGUEL GONZÁLEZ. EIVISSA‘Hombres de barro’

La tradición ceramista

El artesano detalla que antiguamente el cocido de las piezas podía llevar «hasta 60 horas si la leña estaba húmeda». Añade que el calor del butano da a la cerámica un color distinto. Su hija señala que la arcilla que usan viene especialmente preparada de la península porque la ibicenca a veces trae piedras pequeñas: «No molestan en la alfarería funcional, pero sí en la artística».

El veterano ceramista recuerda que su gremio perdió muchos encargos con la llegada del plástico, que «hundió la alfarería». Asegura que hace décadas confeccionaba «miles y miles» de tubos y recipientes para norias que se utilizaban en el regadío de los cultivos. Frígoles indica que el agua corriente «acabó con todo».

A pesar de ello, el artesano confirma que está contento con su profesión. «Yo quería ser taxista, como mi padre. Con once años, me dijo que me hiciese alfarero porque cuando fuese mayor habría muchos taxistas, pero ningún ceramista. Casi acierta», ironiza.

La escritora menciona que unas declaraciones del ceramista realizadas en 2012 a Diario de Ibiza la inspiraron durante la redacción de ‘Hombres de barro’: «Dejamos de ser artesanos y nos convertimos en artistas». Ventós aclara que el turismo hizo que los alfareros se dedicasen a producir piezas para la venta a los visitantes de Ibiza. «Son artistas por necesidad, para seguir ejerciendo el oficio», reflexiona el presentador del evento, Juan Suárez.

«Gabrielet [el ceramista Antoni Tur] hacía cosas más modernas y trabajaba a mano. Por eso sus obras valían un riñón», comenta Frígoles. «Los dos tenían buena relación», detalla la asesora de redacción de la obra, Carolina Riera.

Ventós explica que, cuando decidió escribir el libro, descubrió que en las bibliotecas de las Pitiusas «los libros de cerámica eran sobre ánforas, ánforas y ánforas» y que esto la animó con el proyecto. También le ayudó que Frígoles le presentó a todos los artesanos que aparecen en ‘Hombres de barro’. «Quien mantiene viva esta tradición es quien trabaja en ella», reflexiona la autora.

La investigadora destaca que la publicación cuenta con un glosario de términos del oficio «para que no se pierda el vocabulario» y que el texto está en castellano e inglés «para que llegue a cuanta más gente, mejor».