Cultura

Patrimonio de Ibiza: «Sa Caleta estará lista en febrero»

Ultiman las obras de rehabilitación y museización del antiguo asentamiento fenicio y la batería de costa de sa Caleta, retrasadas «un par de meses», de manera que en vez de acabar en Navidad estarán concluidas antes de Semana Santa

Cambio de calendario. Si esta misma semana se afirmaba desde el Consell que las obras de rehabilitación y museización del asentamiento fenicio y batería de costa de sa Caleta estarían acabadas antes de fin de año y pronosticaba que a lo largo de 2024 se concluiría el centro de interpretación, ahora hay otras fechas: todo estará listo a finales de febrero, tal como aseguraron el viernes, durante una visita guiada por el enclave, la consellera de Cultura, Sara Ramón; la técnica de Patrimonio, Lina Sansano, y Marco Aurelio Bebia, arqueólogo de Arpa Patrimonio S.L. empresa responsable de esta obra (con un coste de unos 684.000 euros). Según Bebia, que su empresa trabaje a la vez allí y en el Castillo es una de las causas que han retrasado los trabajos «un par de meses». Empezaron la intervención en junio, para ya a finales de agosto «estar a tope, con todo el personal».

Los arqueólogos Bernia Sanz y Adrià Esquembre explican algunas de las intervenciones realizadas.

Los arqueólogos Bernia Sanz y Adrià Esquembre explican algunas de las intervenciones realizadas. / Marcelo Sastre

Algo más tardará el cercado de la mola de sa Caleta. «El Consell de Govern dará a finales de noviembre su visto bueno a la licitación del vallado», según Sansano (con un coste de unos 115.000 euros). Luego se procederá al concurso y a su adjudicación. No obstante, Sara Ramón asegura que si no estuviera instalado cuando se acaben las obras de sa Caleta, «se contrataría seguridad privada» para impedir que sean dañadas las zonas restauradas y el museo, que frecuentemente son vandalizados. Ramón respira aliviada al recordar que desligaron el vallado del proyecto de restauración cuando la Red Natura emitió un informe desfavorable sobre el cercado: «Menos mal que lo separamos, porque si no aún estaríamos en el punto de partida».

Sa Caleta en 3D

Si hasta ahora sólo existían planos de la zona, ahora se dispondrá de imágenes tridimensionales de sus recintos y hallazgos arqueológicos, creados mediante fotogrametría. Marcos Aurelio Bebia enseña en un ordenador cómo han levantado volumétricamente, sobre los planos del relieve, las estructuras de sa Caleta. Los visitantes podrán, mediante una aplicación y un código QR, acceder a la reconstrucción histórica en tres dimensiones de cada barrio o edificio militar.

Uno de sus equipos de trabajo se centra en recrear en 3D las piezas que ocuparán el centro de interpretación, pues las auténticas, las que fueron halladas allí en las excavaciones, no saldrán del Museo Arqueológico. En principio las iban a encargar en cerámica, pero vistos los costes, se decidieron a adquirir una impresora de 3D para producirlas ellos mismos, explica Bebia.

Durante las obras del Castillo, indica el arqueólogo, han encontrado estructuras fenicias similares (por ejemplo, muros con umbrales) a las de sa Caleta, lo que es un indicio, dice, de que sus habitantes abandonaron esta zona del litoral de Sant Josep para habitar el promontorio de Ibiza. De ahí que estén aplicando en ambos lugares «una recuperación similar» de los restos, con el fin de que haya «coherencia en ambos espacios expositivos».

95% de las excavaciones descubiertas

Para la rehabilitación han descubierto el 95% de las excavaciones llevadas a cabo en sa Caleta entre los años 1986 y 1994. El 5% que falta son una «vivienda perdida debido al colapso del acantilado» y un habitáculo «en malas condiciones». Los sedimentos retirados al descubrirlas están siendo analizados por investigadores de diversas ramas para profundizar en el pasado de ese poblado fenicio, aprovechando que las técnicas auxiliares de la Arqueología han avanzado considerablemente en los últimos 30 años. Por ejemplo, se analizarán metales, polen, cerámica, incluso material marino y lípidos.

Al lado del llamado barrio central se encuentran las dos baterías y el puesto de mando militar construidos en los años 40. Tras ser parcialmente restaurados, sus interiores fueron de nuevo vandalizados con grafitis: «Se pintaron, y al cabo de nada…», resopla Ramón. «No se tocarán hasta la fase final para que no vuelvan a ser dañados. Dejaremos el aspecto que tenían previamente, con su mortero, y se museizarán», indica el arqueólogo.

La estructura del barrio central desenterrada es «un ejemplo» de cómo quedará toda la rehabilitación de sa Caleta. El suelo de la supuesta vivienda (en la que se encontraron «restos semiincinerados humanos sobre un hogar», algo que desconcierta a los arqueólogos) del barrio central está cubierto de grava, separada del pavimento original por una capa de geotext para que no crezca la maleza. Sus muros, hasta hace medio año ocultos por tierra, han sido levantados casi medio metro sobre los cimientos con piedras de la zona. Una pequeña pieza de pizarra marca sutilmente el nivel a partir del cual todo lo que hay encima es añadido, es decir, no es original, explica Bernia Sainz, arqueóloga y codirectora de esta intervención. Hay un tercer arqueólogo en la obra, Adrià Esquembre.

«Predominaba el amarillo»

No alisarán los bordes de los muros para que la restauración no parezca artificial, pues «daría una sensación rara», según Bebia. Eso sí, colocarán cuatro o cinco niveles de adobes en la esquinas para que el visitante se haga una idea de cómo eran aquellas estancias. Joan Ramon, técnico de Patrimonio del Consell, arqueólogo que excavó sa Caleta en los años 80 y 90, no parece contento con la pigmentación usada en la restauración: «En los sedimentos predominaba el amarillo, no claro, sino intenso», recuerda de cuando trabajó en esa área. «Supusimos entonces que era arcilla usada para los techos o en los adobes», añade Ramon. También pone cara de disgusto cuando Bebia le explica que los edificios fenicios de las recreaciones en 3D tendrán ventanas. Ramon señala que ni se sabe si las tenían ni, mucho menos, cómo eran. «Nos basaremos en convencionalismos» a la hora de optar por un determinado modelo, zanja Bebia.

La valla metálica que rodeaba el barrio sur ha sido parcialmente desmantelada. Sólo se mantendrá, indica la consellera de Cultura, la parte más próxima al mar. Esta era la única parte del asentamiento que estaba a la vista hasta hace un par de meses. Joan Ramon aun recuerda, pese a haber transcurrido casi 30 años, cómo «un desagüe de los militares recorría transversalmente esos restos». Incluso traza en el aire, con la mano, por dónde pasaba.

Ese panel, fuera

Ya han recuperado, además, la pequeña «casa de artificios», el polvorín, que estaba lleno de escombros, tejas, tierra y basura. A pocos metros se encuentra el barrio portuario, un edificio (también destapado) seccionado que, en este caso, se dejará tal cual, sin alzar medio metro sus muros. Una torrentera lo atraviesa justo donde falta una parte. A su derecha hay una pequeña caseta con un enorme y desproporcionado panel solar en su techo que Sara Ramón quiere retirar. No hay más que ver la cara que pone la consellera al mirarlo para adivinar que tiene los días contados.

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