llama la atención

u La necesidad de ampliar la capacidad de generación de la planta desaladora de Santa Eulària para afrontar la demanda durante los meses de la temporada de verano. La Agencia Balear del Agua (Abaqua) ha sacado a concurso la redacción del proyecto que debe permitir a esta planta de desalación de agua de mar pasar de producir 15.000 a 20.000 metros cúbicos de agua potable. El consumo y suministro de agua desalada en Ibiza se ha multiplicado por tres en los últimos doce años. De hecho, Sant Josep tuvo que dejar dos meses a los vecinos de sa Caleta con agua salada. El problema es el incremento constante de la presión humana en las islas y la destrucción de los recursos naturales, como los acuíferos.

u El frenazo en la recuperación económica en Ibiza y Formentera. Según el último informe del Consejo Económico y Social (CES), correspondiente a 2022, los sectores productivos pitiusos y también de Menorca recorren el camino a la normalidad tras el covid a un «ritmo más lento» que en la isla de Mallorca.