Plagas

‘Avispillas’ parásitas para parar el avance de la procesionaria en Formentera

Científicos de la UIB prueban frenar la expansión de la procesionaria con el incremento en es Cap de Barbaria, la zona elegida para el experimento, de dos microhimenópteros que parasitan y destruyen esa plaga

Colocación de puestas parasitadas en es Cap de Barbaria el pasado martes.

Colocación de puestas parasitadas en es Cap de Barbaria el pasado martes. / M.A.M.

El Govern balear prácticamente ha tirado la toalla con la plaga de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Pero aunque considera que ya es imposible erradicarla en algunas zonas de Balears como Formentera, cree que aún puede controlar su expansión. De momento, ni las fumigaciones aéreas ni las trampas de feromonas ni las bolsas retiradas manualmente o a escopetazos han acabado con ellas, pero ha surgido una nueva ‘arma’ para combatirla: unas ‘avispillas’.

Ejemplar de ‘Ooencyrtus pityocampae’, que parasita las procesionarias del pino. | M.A.M.

Ejemplar de ‘Ooencyrtus pityocampae’, que parasita las procesionarias del pino. | M.A.M. / josé miguel l.romero. eivissa

En realidad, esos minúsculos insectos no acaban de aparecer. Un equipo liderado por Miguel Ángel Miranda, profesor del área de Zoología de la UIB (que imparte las asignatura de Zoología I y II y Parasitología y en el Master de Biotecnología ofrece la asignatura Biotecnología aplicada al control de plagas), apuesta por dos microhimenópteros que habitan desde hace tiempo en Formentera y en el resto de estas islas para intentar frenar el avance de la procesionaria. Lo interesante de esas dos ‘avispillas’ (Baryscapus servadeii y Ooencyrtus pityocampae) es que son parasitoides, es decir, organismos cuyas larvas se desarrollan en el interior de los huevos de la procesionaria del pino. Spoiler: el huésped (la futura oruga) muere porque se lo zampan.

Los huevos de las micrioavispillas

Este proyecto de control biológico se desarrolla conjuntamente con el área forestal de la conselleria balear de Medio Ambiente, señala Miranda: «Durante los últimos años hemos estudiado el nivel de parasitismo de las puestas de procesionaria. Esta deposita sus huevos en la acícula del pino, pero, después, unas microavispillas, que son parasitoides, depositan sus huevecillos dentro de los huevos de la procesionaria. Al eclosionar, emerge una avispilla que mata a la procesionaria y que será capaz de parasitar a otros huevos de procesionaria».

Bolsón de procesionarias en es Cap de Barbaria.

Bolsón de procesionarias en es Cap de Barbaria. / M.A.M.

Baryscapus servadeii, concreta, «es especialista» en la procesionaria del pino, pues sólo parasita esta especie. Ooencyrtus pityocampae es «más generalista», si bien «es menos abundante que la primera». El que este microhimenóptero no sea específico «no supone ningún problema para otras especies», afirma. No obstante, también evaluarán eso. Por si acaso.

Ejemplar de Baryscapus servadeii comparado con la medida de un milímetro.

Ejemplar de Baryscapus servadeii comparado con la medida de un milímetro. / M.A.M.

Aumentar su presencia

Tras los estudios realizados hasta ahora, el equipo del zoólogo ha comprobado que, en comparación con islas como Mallorca, «el nivel de parasitismo [es decir, de procesionaria parasitada por esos microhimenópteros] en Formentera es muy reducido porque su llegada ha sido reciente y todos estos sistemas biológicos necesitan un tiempo para empezar a funcionar». En Mallorca presenta un porcentaje de parasitismo «con valores en torno al 12%», frente al 0,61% de Ibiza y el 2,96% de Formentera. Haber, había antes esas ‘avispillas’ en la pitiusa del sur (y en Ibiza), pero pocas, insuficientes «para establecer un mejor sistema de control de esa plaga. Lo que haremos nosotros es incrementar ese nivel de presencia», indica Miranda, que recuerda que la procesionaria está mucho más extendida en la mayor de las Balears que en las Pitiusas: «En Ibiza es difícil encontrar puestas de procesionaria, donde crece su presencia desde hace tiempo, pero poco a poco si se compara con Formentera o con Mallorca».

Colocación de puestas parasitadas en es Cap de Barbaria.

Colocación de puestas parasitadas en es Cap de Barbaria. / M.A.M

400 puestas mallorquinas

El departamento de Zoología de la UIB cría en su laboratorio esos parasitoides «para realizar un control biológico clásico». Primero los ‘cultivan’, para luego soltarlos «en el campo con el fin de aumentar el nivel de parasitismo». Pero no es suficiente: «Lo que ocurre es que estos parásitos son tan específicos de la procesionaria del pino, al menos uno de ellos, que no ‘agarran’», es decir, no llegan a asentarse lo suficiente. «Por eso tuvimos que ir al plan B: traslocamos puestas parasitadas de Mallorca (que recogimos desde octubre de 2022 hasta abril de 2023 y que tienen mayor nivel de parasitismo) hacia Formentera». Las mantuvieron, mediante el control de la temperatura (a 15ºC), en su laboratorio de Zoología aplicada de la UIB hasta agosto, cuando empezaron «a aumentar un poco el calor para así activar su desarrollo».

Dos de los científicos trabajan en Formentera la semana pasada.

Dos de los científicos trabajan en Formentera la semana pasada. / M.A.M.

El martes 19 de septiembre, él y dos científicos más traslocaron las 400 puestas procedentes de Mallorca a es Cap de Barbaria, que es la zona de estudio elegida. Han elegido estas fechas porque es justo ahora cuando las mariposas de la procesionaria depositan sus huevos sobre las acículas de los pinos. Lo que no se esperan esas mariposas es que este año haya más ‘avispillas’ de lo habitual acechando para parasitar sus puestas. El ciclo de ambos parasitoides no concluirá hasta noviembre o diciembre, cuando bajen las temperaturas.

Si consiguen elevar «de manera significativa el nivel de parasitismo, no haría falta más traslocaciones. Si no, quizás cada cierto tiempo sea necesario reforzarlo»

Para determinar si este plan B ha dado resultado comprobarán si, en comparación con los datos anteriores, «el nivel de parasitismo en las puestas de procesionaria ha aumentado como consecuencia de la traslocación». Si consiguen elevar «de manera significativa el nivel de parasitismo, no haría falta más traslocaciones. Si no, quizás cada cierto tiempo sea necesario reforzarlo», avisa Miranda. Hasta comienzos de 2024 no tendrán los primeros resultados de este control biológico.

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