Capturadas 650 culebras de escalera en Formentera en los primeros siete meses del año

Durante todo el año 2022 se capturaron 664 ejemplares de esta especie invasora que amenaza la existencia de la lagartija endémica de las Pitiüses | El Cofib ha colocado y gestiona 383 trampas en la isla

Imagen de archivo de un ejemplar adulto de serpiente de escalera. | CAT

Imagen de archivo de un ejemplar adulto de serpiente de escalera. | CAT / pilar martínez. formentera

Los técnicos del Consorcio de Recuperación de Fauna de las Illes Balears (Cofib), entidad pública creada en 2004, han capturado en lo que va de año un total de 650 culebras de escalera en la isla de Formentera, una cantidad muy similar al total de capturas de todo el 2022, cuando se alcanzaron los 664 ejemplares, pero que los expertos no prevén que aumente en más de un centenar en los meses que restan para acabar el año, según explica el veterinario y coordinador del Cofib, Víctor Colomar Costa.

Según este experto, Formentera, en el momento actual, «tiene dos particularidades»: la primera es una población de culebra de escalera asentada en la zona de la Mola en un área bastante restringida; y la segunda, «la reciente y preocupante aparición de culebras de herradura en la zona del puerto de la Savina».

La diferencia principal entre estos dos tipos de ofidios es su comportamiento biológico. Así, la de herradura es extremadamente agresiva con la población de lagartijas, lo que la convierte en una amenaza letal para la lagartija de las Pitiusas, Podarcis pityusensis, un reptil endémico de Ibiza y Formentera y en serio riesgo de supervivencia.

Extinción de la especie

La situación de esta especie es tan dramática que los expertos ven muy posible su extinción para el 2030, dentro de tan solo siete años. Sin olvidar que tanto la culebra de herradura como la de escalera son depredadores versátiles: también comen pequeñas aves y sus huevos, otros reptiles, musarañas, incluso pequeños lirones caretos. Así que, una vez extinguida la lagartija, es fácil imaginar lo que vendrá después, advierten los entendidos.

Para intentar mitigar la expansión de estos reptiles, cuya presencia en la vecina isla de Ibiza está fuera de control a pesar de los esfuerzos de los especialistas y los voluntarios por capturar ejemplares, el Cofib tiene instaladas 383 trampas en el área de La Mola, que se revisan de manera rutinaria «cada semana aproximadamente», explica Colomar.

En estas trampas se han capturado desde inicios del año en curso y hasta agosto un total de 650 serpientes de escalera que, una vez apresadas, «se sacrifican, como especie invasora que son, y se envían para su estudio», aclara el experto. «Se estudian parámetros biológicos a nivel general, como la dieta, el tamaño, el sexo, edad, lesiones o cualquier otro dato que nos puedan facilitar la gestión del futuro», expone el coordinador del Cofib.

«Ahora estamos intentando que alguna universidad se interese en hacer genética de los ejemplares para ver la trazabilidad o la filiación de las diferentes poblaciones», añade.

La máxima actividad de la serpiente de escalera se produce cuando la temperatura es de unos 25 grados centígrados de media, es decir, durante la primavera y el otoño. «Durante los meses más fríos y los más calurosos, reducen su actividad, no comen, así que su trampeo es mucho más difícil, pese a que la gente ve algún ejemplar», explica Colomar. De ahí que sus previsiones para el resto del año sean apresar alrededor de un centenar de serpientes más como mucho.

Legislación protectora

Capturar ejemplares de estos ofidios es una tarea de una efectividad muy limitada. Lo deseable sería impedir la entrada en las islas de ejemplares procedentes del continente.

Con este objetivo, en febrero de este año, el Parlament balear aprobó un decreto ley de medidas para la protección de la lagartija pitiusa y la lagartija balear, por la cual se limita la entrada de olivos, algarrobos y encinas ornamentales a la vez que se declaraba especies vulnerables a las dos lagartijas endémicas.

Un paso adelante pero no suficiente para los expertos. En opinión de Víctor Colomar, tendrían que tomarse decisiones mucho más radicales y atrevidas: «Las acciones necesarias para impedir la entrada de estos ejemplares no son fáciles. Tendrían que tomarse medidas muy extremas, difíciles de aplicar por lo que implicaría en la rutina de entrada de mercancías en Formentera, como las cuarentenas», advierte.

«La sociedad de nuestras islas creo que no está preparada para asumir las consecuencias individuales de una gestión responsable de nuestro patrimonio natural», considera Colomar. «Se ha demostrado con la gestión de algunas especies nocivas, como los gatos en espacios protegidos como es el Parque Natural de ses Salines», concluye.

Línea Verde para notificar avistamientos

¿Qué hacer ante el avistamiento de una culebra? Aunque siempre tenemos el recurso de llamar al 112, Víctor Colomar aconseja utilizar la aplicación Línea Verde «para que la información nos llegue directamente y podamos actuar más rápida y eficazmente». Así, esta aplicación gratuita para el móvil, instaurada en las diferentes poblaciones baleares desde hace años para informar de incidencias en materia de infraestructuras y medioambiente, tiene un apartado específico que remite al Cofib, donde se puede notificar la presencia de culebras.

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