Bandera roja en ses Figueretes por vertidos fecales: «El hedor viene de antes del cierre de la playa, deberían cuidarla más»

Negocios y usuarios lamentan el cierre al baño y piden mejorar el mantenimiento de la zona, aunque algunos intentan nadar incluso con bandera roja

Los vertidos fecales que el sábado obligaron a precintar la playa de ses Figueretes, donde se izó la bandera roja, han causado estragos este fin de semana en el ambiente de este punto de la costa de la ciudad. Este domingo por la mañana la estampa es muy diferente a lo habitual de un domingo de pleno verano en Ibiza, aunque hay algunas decenas de turistas y residentes que se acercan, al menos para colocar su toalla en la arena y tomar el sol. Y es que, a diferencia del sábado, ya apenas huele mal (sólo en algún punto de la playa, al acercarse a la orilla) y el mar está mucho más limpio. Eso sí, es constante el bombardeo de preguntas de turistas a los socorristas: «Qué ha pasado?», «¿No me puedo bañar?», «¿Esto hasta cuándo va a estar cerrado?». De hecho, estos trabajadores tienen que avisar en más de una ocasión a quienes, a pesar de las señales, intentan bañarse.

Una terraza ayer por la mañana. | T.E.

Una terraza este domingo por la mañana. / T.E.

Al parecer, el vertido se produjo tras la rotura de un tubo de la red de bombeo. La fuga se detectó a las 11 de la mañana del sábado, aproximadamente, según indicaron desde el Ayuntamiento, cuando el servicio de emergencias del 112 avisó a la técnica de Medio Ambiente del Consistorio.

«Yo llevo tres años en esta playa y este es el [episodio de vertidos fecales] más gordo, porque con la lluvia suelen desbordarse las alcantarillas, pero se va. Ahora ha sido por una rotura», señala María Amelia Dourado, supervisora de los socorristas de ses Figueretes. «Ahora hay mucha menos gente de lo normal. Los que vienen es para tomar en el sol y se duchan aquí. La gente va preguntando que qué pasa. Ayer el olor era más fuerte, ahora se puede respirar un poco, pero el mar sigue contaminado», añade la vigilante, que mientras conversa con este redactor tiene que advertir a algún turista que se dirige hacia el mar e que no puede entrar o responder a más preguntas de bañistas.

Fuertes lluvias

El jueves por la noche se produjeron fuertes precipitaciones en diferentes puntos de la isla, especialmente en Vila, por lo que en un primer momento Dourado pensó que el mal olor del viernes era el habitual después de cualquier día lluvioso. Pero el sábado, el hedor persistía: «Ya ves que no es normal». En todo caso, asegura que el viernes, cuando la playa todavía permanecía abierta al baño, «la gente seguía viniendo, se tumbaba y se metía en el mar igualmente».

Una de las personas que se acerca a Dourado a preguntar por la situación de esta playa es María José, una turista de Barcelona que repite cada año en la isla, ya que tiene algunos familiares aquí. Se hospeda en ses Figueretes: «Te gastas dinero en un hotel frente al mar para una semana y resulta que la playa está cerrada». Ella llegó el lunes y el sábado presenció en persona el momento del precinto de la playa. «El sábado abrieron la cloaca de esta zona y vi ratas, algunas pequeñas y otras así [indica con las manos su gran tamaño]. Sé que en las cloacas hay ratas, pero esto es un desastre. Muchas anidan en las pasarelas», apunta María José.

«Yo pregunté si se podía usar la ducha, para al menos poder refrescarme. Si no, me voy», añade esta fiel visitante. Explica que, en el momento de colocar el precinto en paralelo a la línea de mar, «nadie entendía nada». En todo caso, aplaude la rápida actuación de los socorristas: «Muy bien por ellos, había unos 10. Yo bajé a la playa a las diez de la mañana y esto pasó a las once, pues bien, a los diez minutos ya estaba precintado».

Pronto se unen a la conversación Fran, hamaquero; Amr, trabajador del barrio, y Ani Bellantonio De Paoli, que reside en el barrio y ha venido a tomar el sol con María José. «Huele fatal desde las lluvias. El hedor viene de antes de que cerrasen la playa. Deberían cuidarla más, porque esta es precisamente la única céntrica que tenemos, y con este calor que hace ahora...», comenta Bellantonio, que es habitual de esta playa y también aprovecha para denunciar que hay quien «se ducha con jabón» en ses Figueretes.

El sábado por la mañana agentes de la Policía Local y socorristas cerraron el acceso y colocaron el precinto. Por su lado, operarios de la empresa Aqualia, que gestiona la red municipal de aguas, acudieron con el propósito de detener el vertido y analizar la calidad del agua, según fuentes municipales. La playa permanecerá con la bandera roja «hasta que el análisis sea positivo», agregaron el sábado desde el Ayuntamiento.

César Hernández, encargado del restaurante Oli Beach, comenta que «por la noche, cuando sopla la brisa del atardecer, llega olor a cloaca». «Las últimas lluvias reventaron las arquetas y salió la suciedad. Todo eso se nota», añade. Además, destaca que no toda la playa está cerrada al baño, ya que justo delante de su local no hay precinto y es donde se acumulan buena parte de quienes este domingo toman el sol en la arena o en las rocas. «Se dejaron esta parte, pero no sé si es por la marea», agrega Hernández, que señala que. a pesar del incidente de este fin de semana, los clientes continúan viniendo. En todo caso, matiza que este es «un año raro» en el barrio, con «picos y bajadas».

En el restaurante Prince, en cambio, están algo más alejados del foco del vertido y el sábado no notaron malos olores. De hecho, la encargada, Sara Pérez, afirma que no han tenido consecuencias en la cantidad de clientela por el vertido: «El sábado fue el día que más trabajamos de todo el verano».

«Yo estaba aquí trabajando cuando pasó todo. En mi caso, cuando noté el mal olor fue el sábado, hoy [por ayer] se está mucho mejor», cuenta, por otro lado, Yenetsia Albornoz, encargada de Es Xiringuito. A pesar de todo, asegura que anteayer vino mucha gente al local, que está justo delante del mar, en el paseo: «Vinieron más clientes, porque muchas personas estaban en la playa, y cuando la cerraron, se movieron hacia aquí. Y tampoco notamos mal olor para todo el día, fue cosa de unas horas». También explica que en ocasiones hay quejas de clientes sobre el estado de la playa debido a la suciedad.

«Temporada extraña»

Acerca de la mañana del domingo, declara que está siendo «un poco floja, tal vez por todo esto que está ocurriendo». Como su compañero de gremio, Cesar Hernández, esta encargada concluye que «la temporada está siendo muy extraña», precisamente por esos «altibajos» en el nivel de actividad.

Gabriel García es camarero en El Príncipe y explica que normalmente no reciben quejas de los clientes por malos olores: «Sólo de forma muy puntual, cuando llueve». Además, afirma que el sábado la actividad en el restaurante no se vio afectada porque, cuando se cerró la playa, ya había venido mucha gente a la zona. Prevé, eso sí, que este domingo sí se note una menor afluencia en el barrio. En todo caso, la situación es claramente mejor que el sábado y se nota en el color del mar.

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