El PP no tenía que negociar la investidura con un socio desde 1987

Los presidents se deciden en Balears por mayoría absoluta en la primera votación en el Parlament, a excepción de la tormentosa proclamación inicial de Jaume Matas en 1996

A Matas no le votaban ni sus propios diputados | AZERTUM

A Matas no le votaban ni sus propios diputados | AZERTUM / matías vallés. palma

Matías Vallés

Por ponerlo suave, las negociaciones a trompicones con Vox no han mejorado la cotización de Marga Prohens y su entorno en Génova. El PP balear puede atribuir la impericia a inexperiencia. No solo por la condición de debutantes de los encargados de llegar a un acuerdo con la ultraderecha moderada, sino porque los populares no se veían obligados a pactar la investidura de su candidato con un socio externo desde 1987.

El PP ha perdido el Consolat en cuatro ocasiones recientes, pero sus dos únicas victorias precedentes del presente siglo en 2003 y 2011 se produjeron por mayoría absoluta. Matas yBauzá, respectivamente, no se vieron urgidos a negociar, aunque el primero de ellos fue rechazado en otras dos ocasiones por la UniónMallorquina de Maria Antònia Munar.

Las dos últimas victorias de Cañellas, en 1991 y 1995, también se consiguieron por sendas mayorías absolutas, mediante un pacto preelectoral conUM en el primero de los casos. Desde 1987, y siempre buscando la alianza con los regionalistas, el PP no debía afrontar un pacto preelectoral que en aquella ocasión le obligó asimismo a entregar la presidencia delParlament a JeroniAlbertí. Tampoco esta concesión se había vuelto a repetir, de ahí la novedad histórica que supone la llegada del extremista Gabriel Le Senne a la condición de segunda autoridad de Balears, con 26 votos del PP. 

Dado que la periodicidad cuatrienal no se ha interrumpido en ningún caso, Balears ha celebrado once elecciones autonómicas. Sin embargo, se han llevado a cabo trece investiduras, por la crisis en la legislatura postrera de Cañellas. En todos los casos se proclamó al candidato a la primera, pese a que en seis ocasiones no disponía de mayoría absoluta, con la sola excepción de la tormentosa proclamación inicial de Jaume Matas en 1996.

Las investiduras pueden ser accidentadas en su cocción, con la vigente como un ejemplo cada vez más destacado de los roces vecinales. Sin embargo, el acuerdo costoso se traduce en un apoyo firme para la sesión inaugural del debate, sin necesidad de recurrir a una segunda votación. La perpetuación de esta tradición obligaría a Prohens a un pacto en firme conVox, que no se detenga en la abstención suficiente para el segundo recuento, sino que se traduzca por un apoyo firme a la primera oportunidad.

Los escollos que afronta el PP hasta la fecha no pueden compararse todavía a las arduas negociaciones que requirieron los dos primeros Pactos de Progreso con la participación de UM, por no hablar de la confrontación soterrada del PSOE de Armengol con Més y Podemos. En todos estos casos, la investidura se sustanció sin problemas a la primera votación.

El PP no solo ha perdido la habilidad necesaria para negociar, habituado a los vaivenes radicales entre la mayoría absoluta y la expulsión del poder. Además, los populares de Balears no habían tenido que establecer nunca pactos previos con un partido situado a su derecha. Con el factor adicional de que Vox emana de los populares por la extracción de su masa votante, pero también por los nombres incluidos en sus listas.

A Matas no le votaban ni sus propios diputados

La accidentada investidura de Jaume Matas en 1996, que lo convertía en el tercer president de Balears en solo un año, no alcanzó el consenso entre los diputados conservadores. De ahí que la holgada mayoría absoluta obtenida por Cañellas no fuera suficiente para una proclamación de su sucesor al primer intento, y se requirió una segunda votación. 

Suscríbete para seguir leyendo