Muere el ceramista Antonio Ruiz, último representante del Grupo Ibiza 59

El artista fallece en su Soria natal a punto de cumplir los cien años

Ruiz, con barba, con varios miembros del Grupo Ibiza 59

Ruiz, con barba, con varios miembros del Grupo Ibiza 59 / DI

"Ibiza fue la gran aventura de mi tío", dice de Antonio Ruiz Ruiz su sobrina directora del Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa (MACE), Elena Ruiz Sastre. El artista, miembro fundador del Grupo Ibiza 59, ha fallecido hoy en su Soria natal a los 99 años de edad. Tras la desaparición de Erwin Bechtold el pasado septiembre, la de Antonio Ruiz deja sin representantes a una de las marcas capitales del arte del siglo XX en Ibiza.

Antonio Ruiz con el escritor Fernando Guillermo de Castro en Ibiza.

Antonio Ruiz con el escritor Fernando Guillermo de Castro en Ibiza. / DI

Ruiz, nacido en Soria en 1923 en el seno de una familia muy interesada en la cultura, llegó a Madrid muy joven a terminar sus estudios de Bachillerato en la academia Aula Nueva de Julián Marías, por influencia de José Ortega y Gasset muy amigo de su tía Pilar. Su curiosidad e inquietudes le llevaron por diferentes estudios, como Magisterio, Filosofía y Letras o Arquitectura, pero no llegó a terminar ninguna carrera. También estudió dibujo y pintura en el Círculo de Bellas artes de Madrid, en la Escuela de Artes Gráficas y en la Escuela Nacional de Cerámica.

En esa época ya había oído hablar de Ibiza en los círculos artísticos de Madrid y a principios de los 50 decidió trasladarse a la isla. Alquiló una casa a la familia Tur de Montis en Dalt Vila y pronto trabó amistades en el mundillo cultural de la isla, en el local, con nombres como Marià Villangómez o Antoni Marí Ribas Portmany, y también entre los jóvenes artistas internacionales de vanguardia que, como él, habían elegido la isla.

El Grupo Ibiza 59

Fruto de esas relaciones nació el Grupo Ibiza 59, fundado junto a Erwin Bechtold, Erwin Broner, Katia Meirowsky, Bob Munford, Hans Laabs, Egon Neubauer y Bertil Sjöberg, del que era el único español. La galería El Corsario, que era el zaguán del conocido restaurante de Dalt Vila, se convirtió en su base y escenario de exposiciones, coloquios o conciertos, en los que participaban artistas de las vanguardias españolas y de otros países.

Un retrato de Antonio Ruiz en su época ibicenca

Un retrato de Antonio Ruiz en su época ibicenca / DI

"Eran artistas pero además eran dinamizadores culturales, que protagonizaron una página interesantísima del arte universal. Eran muy jóvenes, excepto Broner todos habían nacido en los años 20, y tenían esa intención de construir una España nueva y una Europa nueva a través del arte", explica Elena Ruiz.

Antonio Ruiz siguió en la isla con lo que la directora del MACE llama "compromiso intelectual" con la cerámica, que ya habían expresado artistas como Picasso, para darle valor como obra de arte y bebió tanto de la tradición artesana de la isla, como de la historia y de los hallazgos arqueológicos de la época feniciopúnica, ya que era un gran aficionado a la arqueología.

En su producción en Ibiza hay placas con dibujos totémicos y collares a la manera de los fenicios, pero desde una perspectiva de vanguardia, y también vasijas, platos o composiciones abstractas sobre madera.

Vuelta a Soria

Ruiz permaneció en la isla, donde nacieron sus dos hijos mayores, más o menos hasta la disolución el Grupo Ibiza 59 en 1964. Entonces regresó a Soria, donde ha residido hasta su fallecimiento. En la ciudad castellana continuó con su labor como promotor cultural. Fundó el Grupo SAAS y dirigió durante los años setenta su propia galería de arte y una librería, junto con una pequeña editorial.

En 1969 organizó, bajo la presidencia de Camilo José Cela, el Salón y Museo del Toro de arte contemporáneo, al que acudían artistas de renombre internacional, algunos de ellos conocidos de su época de Ibiza, como Genovés, Pancho Cossío, Egon Neubauer o Will Faber.

Ruiz nunca abandonó un marcado compromiso político. "Toda su vida y obra está teñida de un fuerte sentido de la militancia de izquierdas y la utopía. Fue un auténtico defensor de causas perdidas", termina Elena Ruiz.

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