Funcionarios de Ibiza: «Si tenemos que paralizar el sistema no nos temblará el pulso»

Los profesionales agrupados en Unisep no descartan ir a la huelga después de Semana Santa por la actualización del plus de insularidad

La protesta tuvo lugar frente al edificio de la delegación del gobierno en el paseo marítimo.

La protesta tuvo lugar frente al edificio de la delegación del gobierno en el paseo marítimo. / Vicent Marí

Pablo Sanz Padilla

Pablo Sanz Padilla

«Es evidente que con nosotros no han contado», reprochaba el sábado al Govern sin ocultar su enfado Juan Nieto, del sindicato CSIF, mientras varios de los funcionarios concentrados frente a la delegación del gobierno hacían sonar sus silbatos en protesta por la discriminación que, denuncian, sufren los funcionarios de Baleares en el plano retributivo.

Nieto quiso dejar claro el hartazgo del cuerpo funcionarial y su rechazo a cejar en sus demandas, que sostienen desde hace años. «No nos vamos a quedar quietos. Si tenemos que paralizar el sistema, se paralizará, pero el pulso no nos va a temblar», fue el órdago que lanzó a la administración en el tercer sábado consecutivo de protestas convocadas por la plataforma funcionarial Unisep. Era la última jornada de concentraciones, que se desarrollaron asimismo en Mallorca y Menorca, indicó.

Este representante sindical lamentó amargamente la pasividad con la que, entiende, actúa el Govern a la hora de defender ante el gobierno central el interés de los funcionarios de Baleares, e informó de que Unisep celebrará una asamblea después de las fiestas de Semana Santa en la cual se debe deliberar sobre las medidas a emprender en defensa de su reivindicación. «Sin descartar nada, ¿eh?», insistió Nieto.

Los manifestantes, alrededor de cincuenta, se congregaron en torno a las 11.30 horas frente a la Casa del Mar -sede de la delegación del gobierno- con silbatos y plátanos hinchables (para poner de relieve las diferencias con las rentas percibidas por el cuerpo funcionarial en Canarias), como ya suele ser habitual. En esta ocasión, la performance incluyó también una tienda de campaña con un anuncio de alquiler que rezaba: «Alquiler de vivienda en Ibiza. 3.600 euros al mes; tres metros cuadrados; planta baja con vistas».

Por parte del Sindicato Médico de Baleares (Simebal), Antonio Pallicer, vicepresidente de la unión en Ibiza, sostuvo que la protesta «no es tanto una reivindicación salarial» como una demanda encaminada a fidelizar plantillas y que el trabajo no recaiga sobre los funcionarios arraigados familiarmente en Ibiza, ya que quienes acceden a un puesto en la isla, indicó, suelen marcharse. Pallicer consideró que actualmente venir a trabajar a Baleares es «un castigo», así como antiguamente lo era ser trasladado a las Canarias, el Sahara español o Guinea Ecuatorial, apuntó. Pallicer también afirmó que ocho años atrás la ahora diputada socialista Sofía Herranz les prometió, acometer los trabajos para la actualización del plus.

Rosa Planells, secretaria autonómica del sindicato de técnicos en cuidados de enfermería USAE, auguró un verano de «locura» con importantes colapsos, y destacó la agudización del problema habitacional en temporada. Señaló el caso -uno de tantos que conoce, indicó- de una compañera que finaliza su alquiler en mayo y, a partir de ese mes, únicamente encuentra vivienda por «1.400 o 1.500 euros. Es más que nuestro sueldo [el de una técnica en cuidados de Enfermería]», afirmó.

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