Sanidad en Ibiza: «Políticos: a los pacientes nos estáis matando en vida»

Toño Stihl, enfermo de cáncer, hace un llamamiento en redes para exigir a los gobernantes que solucionen la falta de especialistas de Can Misses

Toño Stihl, frente a Can Misses con una camiseta con dos frases suyas: «La vida es ahora» (delante) y «La vida es suerte» (detrás).

Toño Stihl, frente a Can Misses con una camiseta con dos frases suyas: «La vida es ahora» (delante) y «La vida es suerte» (detrás). / Juan A. Riera

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

«A los mandatarios de Ibiza y Formentera, a la conselleria de Salud: nos estáis matando en vida. Estáis dejando que la sanidad vaya de mal en peor», clama Toño Stihl, enfermo de cáncer de 48 años, en un vídeo que ha colgado en sus redes sociales para denunciar la situación que está viviendo no sólo él, sino otros enfermos. Un vídeo que es el pistoletazo de salida a una campaña en la que este paciente oncológico se ha propuesto que la sociedad pitiusa reclame una mejora de la atención sanitaria.

El detonante, explica Stihl, han sido las palabras que en los últimos tiempos ha escuchado de los políticos, quitando hierro a la falta de profesionales en el servicio de Oncología de Can Misses y a cómo la carencia de médicos en éste y otros departamentos afecta a los pacientes. Han sido, pues, las palabras de los políticos los que han hecho que Toño Stihl decida hacer llegar las suyas lo más lejos posible. «Ya me han cortado la mitad de la lengua. No puedo comer. No puedo abrir la boca. Y el brazo derecho no lo puedo mover», recita el enfermo, que se pregunta cuánto tiene que esperar para un TAC y para que le comuniquen el resultado: «¿Un mes? ¿Dos meses? ¿Tres?». «Soy un enfermo de cáncer, no estoy curado, no estoy limpio, tengo dentro el puto bicho», continúa Stihl, que lleva cerca de seis años conviviendo con el cáncer. Una enfermedad a pesar de la cual intenta mantener cierta positividad, como demuestra la camiseta, con dos frases suyas estampadas, que lleva al hospital. «La vida es ahora», se lee en el pecho. «La vida es suerte», reza la espalda.

Recuerda perfectamente el momento en el que se notó un bulto en el cuello. Estaba en Burgos, donde había corrido una San Silvestre, y en ese momento no le dio mucha importancia. Ya en Ibiza, sin embargo, le hicieron una biopsia. Era cáncer. De amígdalas. Desde entonces ha ido a operación por año, seis suma ya. Además de otros tratamientos, como la radioterapia. «Los primeros años, cada vez que salía del cáncer me planteaba un reto en bici. Pero luego volvía a recaer. Ahora, relata con cierta pena, ya no puede ni correr ni ir en bici. Caminar, apenas.

«Lucho por mí y por todos los afectados»

En la última de las operaciones, en el Hospital Son Espases, en Mallorca, se llevó un buen susto. Una hemorragia en la garganta que le mandó de vuelta al quirófano y tras la que estuvo varios días en la UCI, explica. El tiempo que esperó para esa intervención, un mes y medio, indica, se le hizo eterno. «El otorrino vio que la biopsia volvía a ser positiva y en vez de enviarme a operar dijo que tenía que pasar mi caso por el comité. Yo lo que quería era que me operaran cuanto antes. Me dijeron que me operaban en Mallorca por las cicatrices. A mí me dan igual», continúa el enfermo, al que también le han extirpado ganglios linfáticos: «Me quitaron 23 y doce estaban afectados».

«Quiero luchar por mí y por todos los afectados», afirma en el vídeo, en el que asegura que como no puede ya trabajar tiene tiempo para dedicarlo a esta reivindicación. Insiste en que su lucha no es sólo por los pacientes de Oncología sino también por todos aquellos que estén en una lista de espera. «Por el que tiene un problema en el menisco y está esperando una operación o, como el hombre que vino a instalarme el aire acondicionado, que tiene un pinzamiento hace tiempo y que va encorvado», afirma Stihl, que denuncia que los médicos de Can Misses están «saturados» y que esto supone que no se esté atendiendo correctamente a pacientes como él, cuyas revisiones en el servicio de Otorrinolaringología se van retrasando, comenta entre toses provocadas por la saliva, con la que, si no va con mucho cuidado, se ahoga. «Ni si quiera esto puedo tragar», indica el enfermo, que recuerda perfectamente la última comida sólida que degustó: «Fue el 28 de agosto, comí un poco de pescado antes de la operación».

El lujo y la sanidad

Además de los retrasos en las revisiones, Toño Stihl ha sufrido alguna situación «surrealista»: «Tenía que ir a Mallorca para una cita por la sonda y me la dieron a las ocho de la mañana, cuando el primer vuelo a Mallorca sale a las siete y media. Les dije que si no podía ir la noche antes porque no llegaba y me dijeron que no, que no tenía derecho a pernoctar. Al final entré en el quirófano pasadas las doce del mediodía, tras 21 horas en ayunas».

«Lo principal en la isla es la sanidad y no la podemos dejar morir porque estaremos muriendo todos los que estamos enfermos», continúa Stihl, que pide a la sociedad ibicenca que se plante: «Hay que decir basta ya, vamos a ponernos en pie y luchar todos juntos porque no podemos seguir así, la sanidad no puede estar de esta manera, con estas listas de espera. ¿Cuándo me van a llamar? ¿Cuando esté muerto?». El paciente de Oncología relata que, en contra de lo que en más de una ocasión ha garantizado la consellera balear de Salud, durante los últimos tiempo le han atendido oncólogos diferentes: «¿Cuántos me tienen que ver? ¿Siete? ¿Ocho? ¿Diez? ¿Once? A cada uno le tengo que contar mi historia».

El enfermo acusa a los políticos de estar preocupados únicamente «por el lujo, las discotecas y el turismo». Y carga no sólo contra quienes están gobernando sino también con quienes aspiran a ello, con quienes ha intentado hablar: «Me contestaron que mucha suerte». Visto el interés que, a su parecer, demuestran los políticos, el enfermo tira de sarcasmo y les propone en el vídeo que ya que no ponen solución a los problemas de la sanidad en las Pitiusas, que construyan más cementerios. «Dejaos de tanto lujo y mirad por la sanidad. Nadie está libre de tener esta enfermedad. Hoy soy yo, pero mañana puedes ser tú o el futuro alcalde de Ibiza, dios no lo quiera, porque se pasa realmente mal», concluye Toño Stihl su vídeo, que acompaña con un imperativo mensaje: «¡Compartidlo! Compartid el vídeo. Que se entere todo el mundo. En Ibiza, en Formentera, en Madrid... Sólo pido eso, que se entere todo el mundo de que los mandatarios de Balears sólo quieren lujo y dinero».

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