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Cristina Ferrer
Cristina Ferrer Pediatras e impulsora de Ibiza a Contramarcha

Cristina Ferrer, pediatra en Ibiza: «La silla a contramarcha evita el 90% de las lesiones en niños en un accidente de coche»

La pediatra del Hospital Can Misses imparte este viernes en Sant Antoni (18.30 horas, centro cultural Cervantes) la charla ‘En el coche viajemos seguros: los sistemas de retención infantil’

La pediatra Cristina Ferrer, muy expresiva con un bebé a contramarcha. TONI ESCOBAR

‘En el coche viajemos seguros: los sistemas de retención infantil’ es el título de la charla que ofrece mañana en Sant Antoni (18.30 horas, centro cultural Cervantes) la pediatra Cristina Ferrer. La conferencia clausura el ciclo para familias organizado por el Ayuntamiento de Sant Antoni. Ibicenca de nacimiento, tenía claro que quería volver a la isla, donde, tras el nacimiento de su primer hijo, creó la plataforma Ibiza a contramarcha para concienciar sobre la seguridad de los menores en el coche.

Hay quien pensará que los sistemas de retención infantil en los coches no dan para una conferencia.

Dan para varias. Hay mucha desinformación. Las familias van muy perdidas porque la compra de la silla se ha metido en el mismo paquete de la compra de la cuna, la bañera y la trona. Pero hablamos de un elemento diferente y con una función completamente distinta: salvar la vida de ese niño.

No me diga que se escoge la silla del coche por lo bonita y no por lo segura.

Por lo bonita y porque es la que venden en la tiendan donde te compran o has comprado otros elementos y porque piensan que todas funcionan igual y que si la venden es porque es segura. Pero no. Siempre pongo el ejemplo del casco calimero. Tiene la misma homologación, exacta, que uno integral. Con uno te partes la mandíbula, con el otro no.

Curioso, porque la seguridad de un hijo es algo que obsesiona muchísimo a la mayoría de las familias.

Nos preocupamos mucho por la seguridad porque, obviamente, es lo que más queremos pero luego, nos ponemos a mirar sillas y nos hacemos un lío porque hay 20.000. Y ése es el problema, que hay muchos modelos de sillas y no todos son iguales. Además, una silla es segura cuando está bien instalada y eso debe ir a cargo de un profesional. ¿Quién te asesora? ¿Cómo sabes que está bien instalada? ¿Cómo sabes que se adapta a tu coche?

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de escoger una silla?

No todas las sillas tienen los mismos elementos de seguridad y la más cara no tiene por qué ser la mejor. Que sea una silla cara no te garantiza que tenga todos los elementos de seguridad, pero no es lo mismo una de marcas que se dedican a los sistemas de retención infantil y que ponen el triple de material de absorción de impacto que otra que es sólo una tela sobre un plástico. Para los primeros años de vida, además, hay que meterse muy bien en la cabeza que la seguridad siempre viaja de espaldas a la marcha. No se concibe la seguridad en los primeros años de vida yendo a favor de la marcha. Ni con la mejor silla del mercado. Es una cuestión de física. Da igual si el golpe es por detrás o por delante. El 90% de las lesiones en un accidente se evitarían yendo a contramarcha. Está demostradísimo.

¿Por qué esa reticencia a colocar las sillas a contramarcha?

No es una moda. Los países nórdicos llevan años con este modelo y es donde menos lesiones hay y la mortalidad infantil en carretera es mínima. No se concibe que un menor de cuatro años viaje de frente. Aquí hace años que se nos informa de que los niños deben viajar a contramarcha, pero entramos en las tiendas y en la mayoría nos ofrecen un escaparate lleno de sillas de frente. Es difícil que yo te convenza de que te compres una silla a contramarcha si estoy vendiendo sillas a favor de la marcha. Hay quienes creen que es una moda, pero la reticencia es cada vez menor porque la gente está más concienciada, cuando las familias se informan, lo ven. Está detallado en todas las marcas de sillas y en las páginas de circulación y seguridad vial. Si los padres supieran y vieran lo que pasa en un accidente con su niño viajando de frente y con su niño viajando de espaldas no tendrían la menor duda. Jamás lo pondrían de frente.

La pediatra Cristina Ferrer, muy expresiva con un bebé a favor de la marcha. TONI ESCOBAR

¿Cuál es la diferencia?

Las lesiones más graves, que son las cervicales, desaparecen viajando a contramarcha. Una cosa es un accidente en el que el coche queda aplastado, aquí ni a contramarcha ni a favor, es un escenario diferente. Lo que pasa es que todavía pensamos que al niño tenemos que verlo, pero para eso hay espejos y no tienes que girarte para mirarlo constantemente. Además, hay una extraña idea que se les ha metido a los padres en la cabeza y que ningún niño dice que sea así: las piernas molestan. Las pueden llevar como un indio, si hace falta. En los países nórdicos lo normal es ver niños de un metro veinte de altura viajando a contramarcha con las piernas dobladas. Es lo normal. Si todos los expertos en seguridad vial me están diciendo que así se reduce la mortalidad infantil, las lesiones graves y que por favor no pongamos a los niños viajando de frente los primeros cuatro años, habrá que empezar a escuchar a estas personas.

Antes decía que era una cuestión de física. Explíquemelo de forma comprensible.

Cuando viajamos en coche a 20 kilómetros y freno en seco, me voy hacia adelante porque llevo una velocidad y una aceleración. Si hago lo mismo a 50 kilómetros me voy más para adelante aún porque llevo más velocidad y más aceleración, peso más. Si freno a 80 kilómetros, mucho más. Son las leyes de Newton. Pues cuando tengo un niño viajando de frente con una silla que le tiene cogido con arneses, su tronco queda bloqueado porque la silla hace la función de retenerlo, pero el cuello sale disparado hacia adelante. Toda la fuerza recae en un cuello inmaduro. El latigazo cervical de los adultos es una lesión cervical en los niños. Cuando se da el impacto, viajando de frente, una parte de la columna queda bloqueada y la otra sale despedida. Para que se entienda, si la cabeza de un niño pesa dos kilos, cuando frenamos a 50 kilómetros o a 80, pesa mucho más. Y sólo está sujeta por un cuello inmaduro en el que recae toda la fuerza.

¿Y a contramarcha?

Cuando se produce el impacto el niño se encuentra con una coraza que evita ese movimiento. Además, toda la columna vertebral está alineada, no hay ninguna parte que salga despedida en sentido contrario al resto. La fuerza que recibe su cuello en el momento del impacto viajando a contramarcha es mínima. Muchas familias preguntan entonces que qué pasa si les dan por detrás. Pasa lo mismo. Si estoy parada, el cuello del niño no lleva aceleración. Y si circulo hacia adelante son dos fuerzas que se oponen. La única manera en la que viajar a contramarcha es peligroso es si circulo marcha atrás y me dan por detrás.

Pero marcha atrás sólo circulamos despacito y muy poco trozo, para aparcar.

Sí, circulas lento y, además, son los accidentes menos peligrosos y mortales.

Hay quien pone la silla delante.

Eso está prohibido por ley. Todo menor de edad debe ir detrás salvo que el coche sea biplaza o que detrás esté ocupado por otros niños, en cuyo caso el más mayor podrá ir delante.

Cuando llegan a cierta edad no quieren ir en la silla de retención porque dicen que son mayores. ¿Qué hacemos?

Sí, siempre pongo un ejemplo. Si un niño de un año te pide un cuchillo, ¿se lo das? No. Si te intenta convencer, ¿cedes? No. Porque se lo puede clavar o se puede cortar. Si un niño de un año te dice que va a cruzar la calle solito, ¿le dejas? Tampoco. Entonces, ¿a qué viene decidir cómo va en el coche? Hay límites infranqueables y decisiones que no pueden correr a cargo de un menor, porque no saben qué están decidiendo. Si mi hijo de cinco años me pide usar un cuchillo le enseñaré a hacerlo porque está preparado. Me parece bien que decidan muchas cosas: el color de la silla o la funda. Pero si va en silla o no, no. Sería una decisión que le pondría en peligro. Le estaría desprotegiendo. No dejas que un niño juegue con fuego con dos años, ¿verdad? Pues esto, lo mismo.

¿Hay margen de mejora en la seguridad?

Cuando la gente viene a las charlas y lo entiende, cambian y viajan a contramarcha. Hay sillas que están especialmente diseñadas para que niños mayores vayan así. Hay que dejar de pensar que esto es sólo para el bebé. Las sillas siempre deben estar instaladas y supervisadas por un experto.

A veces es muy complicado.

Sí. Las familias, sin querer, cometen muchos errores al instalar las sillas. Una silla es un elemento de seguridad, si su instalación es errónea es un problema grave. Si no está bien sujeta puede aplastar al niño. Hay que buscar un asesor o un vendedor cuya prioridad sea la seguridad. Si con un año de edad te venden una silla de frente a esa persona no le preocupa la seguridad de tu hijo. Te quiere vender algo peligroso. La homologación de las sillas sólo tiene en cuenta que sea un sistema de retención, que el niño no salga despedido de la silla. No se tiene en cuenta que salga libre de lesiones. Las sillas a contramarcha se han diseñado para evitar lesiones.

Imagino que por todo esto nace Ibiza a Contramarcha.

En mi primera maternidad vi que esto no podía ser así y ahí empezó el proyecto. Para divulgar. Con las charlas. La gente cada vez está más concienciada en que la diferencia entre viajar de frente a hacerlo a contramarcha es un cuello roto en el primer caso y un niño vivo y sin lesiones en el segundo. En los países nórdicos se llevan las manos a la cabeza pensando en lo que hacemos en el sur. No tiene ningún sentido.

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