Armengol y Negueruela defienden la financiación de la gala de Los 40

La financiación del concierto de Los 40 con fondos covid, parte de ellos provenientes del Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), sigue trayendo cola. Tanto es así que los grupos parlamentarios formularon ayer hasta tres preguntas referentes a este mismo tema en la sesión de control al Govern.

El más contundente fue el portavoz de Més per Menorca, Josep Castells, que definió la decisión como «propagandista» porque está «en las antípodas» de los objetivos del Govern. El menorquín declaró que se trata de una «etérea imagen de marca, dirigida a un público indiferenciado, sin ninguna segmentación coherente donde nuestros valores culturales y medioambientales se convierten en irrelevantes».

Una intervención dura

La dureza de su intervención sorprendió a algunos diputados. Esta acción, añadió, lleva a las islas a «hacer lo que habíamos hecho siempre», en referencia a las legislaturas del PP.

Armengol, sabedora de la gravedad del asunto y la consistencia del argumentario de Castells, decidió explicar de forma clara la posición del Govern. En su intervención hizo un repaso de lo sucedido y defendió la necesidad de reactivar la economía con proyectos estratégicos y patrocinios para alargar la temporada turística: «Cualquiera puede discutir el patrocinio, pero está pactado con los consells y tiene un retorno para Balears».

En esa misma línea, afirmó que la cifra de empresas que se dieron de alta en el Régimen General de la Seguridad Social supera los datos de 2019, año prepandemia.

Iago Negueruela también tuvo la oportunidad de dar explicaciones en sede parlamentaria. El conseller de Turismo aseguró que la financiación del concierto con fondos de la ecotasa «en 2019 no se hubiera hecho» porque la situación era diferente y este año ha estado marcado por la pandemia. La intención del Govern, dijo, era mantener los puestos de trabajo del sector turístico hasta, al menos, el mes de noviembre.

En ese sentido, el conseller afirmó que el objetivo principal era conseguir llegar a finales de año con el máximo número de eventos posible y, de esta forma, estar «con las islas abiertas al conjunto de España y del mundo».

Asimismo, también espetó que Balears debía seguir presentándose como un «destino seguro».