Se enteró a los tres meses y por casualidad, mientras revisaba en Internet los comentarios que los clientes hacían sobre su alojamiento en webs como Trip Advisor. Encontró allí un mensaje inquietante: un 'claim farmer' aseguraba que en su hotel, situado en la isla de Ibiza, se había registrado un brote de salmonela tres meses atrás e instaba a quienes se hubieran alojado allí a presentar una demanda. Esa firma buitre de abogados les echaría una mano y podrían recuperar todo el dinero invertido en las vacaciones. Negocio redondo.

«Cuando lo detectamos, nos quedamos estupefactos, pues en esas fechas que indicaban no se había producido el menor problema. Es la estrategia comercial de esos despachos de abogados para captar clientes», explica el propietario, que no quiere que se publique su nombre. Pero el daño estaba hecho, tanto de imagen como en los tribunales, pues en los próximos tres años les pueden llover las demandas a pesar de que ningún cliente reclamó haber padecido enfermedades estomacales durante aquellas jornadas.

Los hoteleros se sienten indefensos ante estas prácticas abusivas: «Hay turoperadores que han demostrado que el turista que presentó una demanda por intoxicación siguió participando en excursiones en las fechas en las que aseguraba que estaba que se moría», clama el propietario del hotel del brote inventado.