El nuevo impuesto de turismo sostenible se empezó a cobrar ayer en la isla con total normalidad. Los turistas han recibido bien el tributo, comentaron en diversos hoteles consultados. En la Federación Hotelera confirmaron esta ausencia de incidentes, aunque apuntaron que en algún establecimiento se habló de «alguna protesta muy esporádica», según su gerente, Manuel Sandino. El presidente del Consell, Vicent Torres, por su parte, cree que habría sido más adecuado cobrar el impuesto desde el arranque de la temporada, «no ahora, a mitad de campaña».

Torres también admite que «se ha llegado tarde» en cuestiones como la distribución a los hoteles de material informativo para explicar a los trabajadores de los establecimientos y a sus huéspedes el porqué del nuevo impuesto y a qué se va a destinar su recaudación. De hecho, asegura que el Govern envió ese material al Consell, que lo recibió «hace unos días» en varias cajas, en lugar de remitirlo a los propios establecimientos hoteleros, «que habría sido lo más adecuado», en su opinión.

Por su parte, el gerente de la Federación Hotelera recalcó que el hecho de cobrar el impuesto -que va de los 50 céntimos a los 2,2 euros según la categoría del hotel- en muchas recepciones del hotel «obliga a poner un empleado más» en los mostradores, sólo para ejercer como recaudador, así que supondrá «costes adicionales» a la explotación de su negocio.

El hecho de que hasta el pasado 25 de junio no se publicara el reglamento del nuevo tributo es para el gerente una prueba de la «improvisación» con que actúa el Govern en este caso.

Pero en algo sí ha sido previsor el Ejecutivo: «Ha declarado inaplazable la recaudación». Así, tienen que declarar cuánto han recaudado a final de temporada y liquidar ese dinero en enero. De este modo se quiere evitar que los hoteleros custodien el dinero hasta que se resuelvan los posibles recursos, como ocurrió hace 14 años.

Hasta el Constitucional

Porque, como entonces, la patronal de todo el archipiélago se ha unido para llevar a los tribunales esta nueva ecotasa «la próxima semana». Según Sandino, denunciarán esta «doble imposición» a sus clientes y llegarán «hasta el Constitucional» para tratar de derogarla. Para los hoteleros el tributo «es un castigo» a sus huéspedes, y no lo ven «justo» porque no lo pagarán los turistas que se alojen en la oferta irregular. Además, obliga al hotelero a poner a su propio personal «como verdugo».

Para Vicent Torres, este recurso de la patronal «tendrá muy poco recorrido», aunque respeta su decisión de acudir a la justicia. El presidente admite que «es correcto» que la oferta ilegal se salva de pagar la ecotasa, pero recuerda que también recibe críticas en cuanto se le ocurre plantear la posibilidad de «regular» casos como el de los pisos turísticos. Vicent Torres matiza que «no se trata de legalizar todo».

En un recorrido por hoteles de diversa categoría, la mayoría de turistas se mostraron a favor del impuesto, algo que confirmó como norma el personal de las recepciones. Incluso apuntaban que a algún cliente le parecía bajo el importe. El presidente explica esta buena acogida por «el aumento de la sensibilidad por cualquier tema ambiental» entre los turistas. De todos modos, la mayoría de hoteles consultados ayer han optado por cobrar el tributo por adelantado para evitar que algún cliente disconforme se marche sin pagarlo y tener que asumirlo ellos.

En cuanto a la pérdida de competitividad que supondrá este impuesto frente a otros destinos, Torres contrapone el hecho de que la isla «es un destino consolidado, potente y este impuesto no afectará».