Fotografía

Retratos del XIX en la Ibiza del siglo XXI

Estos días el fotógrafo Gaizka Taro retrata a personas anónimas de todos los municipios de Ibiza con una cámara de placas de 130 años de antigüedad

Gaizka Taro (Montuïri, 1987) aparca junto a la iglesia de Sant Miquel su furgoneta, adaptada como laboratorio fotográfico portátil, y prepara su cámara de placas, «una reliquia de finales del siglo XIX o principios del XX de fabricación inglesa» que compró hace diez años en Mallorca a un fotógrafo jubilado que la tenía en su despacho como objeto de decoración. Cuando Taro se hizo con ella estaba rota y le faltaban piezas así que le costó meses ponerla a punto. Aplicando sus conocimientos de ingeniero industrial e investigando por internet, se ocupó de repararla. Tuvo, por ejemplo, que colocar y adaptar una óptica más moderna y diseñar y construir el chasis, primero uno de madera y luego otro de plástico fabricado con impresora 3D.

El artilugio que tiene en sus manos tiene la apariencia de un maletín de madera, hasta que lo abre y lo despliega. «Es una cámara de viaje. En inglés a este modelo se le conoce como field camera», apunta. A juzgar por su buen estado de conservación, este aparato no había viajado mucho hasta que cayó en manos del mallorquín, que este verano le esté dando mucho tute. De hecho, la cámara apenas había salido de su estudio en Montuïri hasta que se embarcó en el proyecto ‘Retrats de les Illes Balears’.

Fotos del proyecto ‘Retrats de les Illes Balears’.  | GAIZKA TARO

Fotos del proyecto ‘Retrats de les Illes Balears’. | GAIZKA TARO / Maite Alvite

«Quería hacer un retrato de la diversidad de gente y de culturas que hay en Balears», explica sobre su principal objetivo para llevar a cabo este trabajo, financiado por el Institut d’Estudis Baleàrics. «Ya había hecho alguna foto al aire libre con esta cámara y sabía que quedaban muy bien y eso era también una motivación, además del hecho de poder mostrar a la gente cómo fueron los inicios de la fotografía y que los más jóvenes comprueben que el proceso de hacer una foto antiguamente no era inmediato», añade.

Con su proyecto, Taro también versiona a pequeña escala aquellas expediciones científicas que se iniciaron en el siglo XIX para documentar a través de las fotografías diferentes culturas investigadas por los antropólogos. Su expedición particular la comenzó en Campos, acompañado por Bel Miquel, su ayudante. «En Mallorca hemos recorrido unos veinte municipios y en Menorca prácticamente toda la isla», cuenta. A las Pitiusas llegaron el pasado miércoles, 13 de septiembre. Primero fueron a Formentera y después a Ibiza.

Retratos del XIX en		 la Ibiza del siglo XXI    | GAIZKA TARO

El fotógrafo de Montuïri dentro de su furgoneta, que está adaptada como un laboratorio fotográfico portátil. / Marcelo Sastre

Laboratorio portátil

En todos los lugares la misión es la misma: «retratar a personas anónimas de la calle». Viajan con una furgoneta que está preparada, en caso necesario, para funcionar como laboratorio fotográfico portátil cubriendo con una tela especial las ventanas para que no entren los rayos del sol y empleando en el interior la luz roja. «Aquí hacemos el cambio de papel y en casos puntuales el revelado de la fotografías», comenta este fotógrafo autodidacta que empezó haciendo instantáneas con cámara digital, para luego pasarse a la cámara de carrete de 35 mm y luego al medio y gran formato hasta terminar dando el salto al ultra gran formato.

Hoy (por ayer) han comenzado la jornada en Sant Miquel y a pesar de que el tiempo no acompaña y el cielo amenaza lluvia muy pronto encuentran voluntarios dispuestos a posar. «La belleza» y la singularidad de la máquina no pasa desapercibida. Enseguida se fija en ella Toni Torres. «¿Esto es de verdad?, ¡la Virgen!, ¡vaya cosa más chula!», exclama antes de bromear con Taro sobre si ese aparato tiene la opción de hacer selfies. El fotógrafo le cuenta que la cámara puede tener «unos 130 años» y le explica a grandes rasgos su proyecto. Tal es el interés que muestra este vecino de Puig d’en Valls de paso por Sant Miquel que el mallorquín le ofrece hacerle un retrato tras aclararle que es gratuito. Torres se anima y Taro le explica que lo único que tiene que hacer es permanecer quieto ante el objetivo «entre tres y cinco minutos», lo que tarda él en tenerlo todo preparado para tomar la imagen. Le insiste en lo de no moverse, porque en caso de hacerlo tendrá que repetir todos los pasos que requiere el proceso.

Primero hay que buscar el encuadre adecuado y luego enfocar. Taro tiene una aplicación para utilizar su móvil como fotómetro y medir la intensidad de la luz. Se mete bajo la tela negra, que cubre su cabeza y la cámara, para observar a través de la pantalla de enfoque la escena que va a retratar. La imagen se ve al revés. Después quita la pantalla para colocar el chasis, que es el soporte donde van las placas fotográficas protegidas por una chapa metálica. Luego cierra el obturador, selecciona el tiempo de exposición, «que suele ser un segundo», lo carga (el obturador), quita la chapa protectora del chasis y por fin le da a una pequeña palanca y dispara la foto.

Gaizca Taro se prepara para fotografiar a Paloma Bome y Helena Bueno.

Gaizka Taro se prepara para fotografiar a Paloma Bomé y Helena Bueno. / Marcelo Sastre

Desde que empezó el proyecto, el retratista mallorquín habrá sacado más de un centenar de fotos en todas las islas, en las Pitiusas, cerca de treinta. En Ibiza ya ha pasado por la capital de la isla, Sant Rafel y Santa Gertrudis, además de Sant Miquel. Su intención es concluir la ruta en Can Jordi Blues Station mañana (por hoy) antes de regresar a Mallorca, revelar todas las fotos y mostrar el resultado de su trabajo.

«Haré una selección de entre 30 y 50 retratos y los expondré a partir del 22 de septiembre en Montuïri, en mi estudio, Cas Retratista, que también es galería y espacio cultural», señala. Su intención es que la muestra sea itinerante por lo que está buscando espacios en Ibiza, Formentera y Menorca para que se pueda contemplar el resultado de su trabajo. Si es posible, además de exponer sus obras, quiere impartir algún taller o hacer una demostración con su cámara antigua, al menos en la fecha fijada para la inauguración de los eventos.

Mientras explica todos sus planes, se acerca a curiosear la actriz Tita Planells, a cargo del estanco Can Xicu de Sa Torre, junto a la iglesia de Sant Miquel. Comenta a Gaizka Taro y Bel Miquel que cuando tenía cinco o seis años un señor belga la fotografió con una cámara muy parecida vestida de payesa. La imagen está colgada en el interior de la taberna, como muestra después.

En la terraza del bar se sienta en ese momento Helena Bueno, una brasileña que lleva 40 años en la isla y que se ofrece amablemente a formar parte del proyecto ‘Retrats de les Illes Balears’. Se une a ella su amiga Paloma Bome, propietaria de una tienda próxima, que se muestra muy interesada en la historia de la cámara y «muy ilusionada» con la idea de participar en la iniciativa del mallorquín . Ella, comenta luego, estudió Bellas Artes y también es una amante de la fotografía.

Exposición de ‘Retrats de les Illes Balears’

Exposición de ‘Retrats de les Illes Balears’ 

La muestra ‘Retrats de les Illes balears’, de Gaizka Taro, se podrá contemplar a partir del 22 de septiembre a las 18 horas en el espacio Cas Retratista de Montuïri, en Mallorca. La idea es que la exposición viaje después al resto de islas.

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