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Dolores Redondo. La tormenta hecha lectura

Bilbao, la lluvia, un corazón, la música, el amor, el miedo, la angustia, los traumas y el abuso infantil son las claves de la nueva novela negra de Dolores Redondo

Dolores RedondoLa tormenta hecha lectura

Dolores RedondoLa tormenta hecha lectura / Raquel Espejo

Raquel Espejo

Dolores Redondo se define como una ‘escritora de tormentas’ y treinta y nueve años después cierra un relato que comenzó en el verano de 1983 y que ella misma vivió en parte. La historia la ha cerrado como sólo ella sabe a hacerlo: con una novela, redonda, un círculo en el que se abraza el final con el inicio, que cierra heridas y transforma el dolor en un rayito de esperanza.

Dolores RedondoLa tormenta hecha lectura

Dolores RedondoLa tormenta hecha lectura / Raquel Espejo

Después de su trilogía del Baztán los lectores esperamos pacientemente a que llegara un nuevo ciclo narrativo que tiene como protagonista al policía escocés Scott Sherrington. Pero mejor, empecemos desde el principio…

Nos situamos en un viernes, 26 de agosto de 1983, una ‘gota fría’ y una semana de lluvias dejó en Bilbao 503 litros de agua por metro cuadrado en 24 horas. El río Nervión no pudo absorber tal cantidad de lluvia y se desbordó. En el casco viejo de Bilbao se alcanzaron los tres metros de altura en la riada que incluso se llevó puentes por delante. Todo esto se resumió en 34 muertos y cinco desaparecidos, pérdidas económicas valoradas en unos 1.200 millones de euros, casi la tercera parte de ellos en Bilbao, y afectó a 101 municipios de Euskadi, Navarra, Cantabria y Burgos.

Así comienza la novela vista a través de los ojos de una cría que vuelve de un verano maravilloso donde ha descubierto la música y la adolescencia. Pero esta entrada será sólo un anticipo del final, a modo de fogonazo, porque automáticamente nos trasladaremos hasta Glasgow donde conoceremos a Scott el investigador de policía que vive por y para encontrar a un asesino en serie: John Biblia, personaje real bautizado así por la prensa británica de la época que se cobró la vida de tres mujeres jóvenes entre 1968 y 1969.

Scott dedicado en cuerpo y alma a la persecución del asesino a quien todos dan ya por muerto consigue acorralarlo y justo cuando está a punto de detenerlo tiene un fallo cardíaco. Y aquí es donde entra un hilo de la historia que contiene altas dosis de angustia: saber que te queda muy poco tiempo para morir porque tu enfermedad no tiene cura ni medicación y ya que tu vida no ha tenido los frutos que quisieras haber recogido que al menos tu muerte sea el motivo que le de sentido a tu vida.

Scott con el tiempo y la muerte presente en todas sus acciones, respiraciones y movimientos decide perseguir al asesino que, intuye, ha huido a Bilbao. La historia aquí encuentra un nuevo cabo de realidad al asociarla con la sociedad española y bilbaína del momento, con la presión política, el clima de crispación en las calles, el I.R.A. y E.T.A. y sin embargo de forma pulcra y meticulosa, Dolores Redondo aborda estos temas con una visión perfecta y acertada para la resolución de la novela.

Lo mismo sucede con la introducción del verdadero móvil del asesino, una tema delicado como es el abuso infantil y cómo es capaz de describirlo alejada de los modelos del thriller escandinavo, sangriento o hiperrealista, mientras que Dolores nos lo muestra con un estilo elegante y delicado donde el buen uso de la pluma y las metáforas son la clave para conocer el horror de un niño pequeño.

Angustia

Quienes conocen los escritos de Dolores Redondo no necesitan estar avisados de qué se van a encontrar en este nuevo viaje, tampoco quiero que piensen que es más de lo mismo, porque no lo es, partimos de un hecho real con un asesino real donde las licencias literarias nos las indica la propia autora antes de comenzar pero por ello no deja de ser plausible y no deja de ser vívido. Una de las líneas más trabajadas y asombrosamente empáticas son el conocimiento por parte del protagonista masculino de que la vida se le escapa a cada golpe de corazón. Creo recordar que no he sentido tanta angustia en mucho tiempo entre las líneas de un libro de temática negra. He sentido como en cada aliento se me iba la vida.

Por último y no menos importante es el hilo musical. ¿Cómo unir el miedo, el amor, la muerte, el abuso infantil y la lluvia en un mismo hilo? Pues con la música, siempre la música, con Ramón García y las canciones dedicadas, con Mocedades y ‘Amor de hombre’ o con Nik Kershaw haciendo de cada verso de ‘Wouldn’t it be good’ un capítulo diferente. Un hilo esencial y sutil que es la base y la red de parte de la novela

Dolores Redondo nos ha hecho un tremendo regalo de Navidad, porque es una novela excepcional, donde los hilos quedan cerrados con una puerta entreabierta al futuro, donde toda la tormenta descarga pero deja señales de un nuevo horizonte y donde disfrutar de una lectura es algo más que pasar el tiempo.

Recomendada a los lectores de novela negra, porque Dolores Redondo ha sabido encontrar un estilo propio dentro de este género y se hace pionera de una forma comedida y elegante de presentar las barbaridades más profundas de la especie humana.

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