Derrumbe sin víctimas de un edificio de Palma

La finca, de dos plantas y construida con marés, había empezado ayer a ser reformada, cuando se desplomó todo el interior

Los tres trabajadores que había consiguieron salir y solo uno de ellos sufrió una herida leve en la cara

El derrumbe se produjo en la calle Polvorín

El derrumbe se produjo en la calle Polvorín / Xavier Peris

El derrumbe de una casa en la calle Polvorín, en la barriada palmesana de El Terreno, se saldó ayer sin víctimas de forma casi milagrosa. Los tres trabajadores que acababan de empezar unas obras de reformas salieron casi indemnes (solo uno de ellos sufrió un corte en la cara) y el hijo del dueño de la finca salió apenas media hora antes y, tras una hora de incertidumbre, fue localizado en perfecto estado en Cala Major. La Policía desalojó cuatro casas aledañas para evitar riesgos por nuevos derrumbes, mientras se investigan las causas del siniestro.

La casa, una finca antigua de marés de dos plantas en el número 7 de la calle Polvorín, estaba siendo sometida a unas obras de reforma. Los trabajos habían comenzado ayer mismo. Poco antes de las cuatro de la tarde y por causas que todavía se estaban investigando, la estructura colapsó y todo el interior del inmueble se desplomó Solo quedó en pie la fachada, completamente agrietada y combada.

En el interior había tres obreros trabajando, que tras el derrumbe pudieron salir al exterior por sus propios medios. Todos estaban bien y solo uno de ellos tenía un corte leve en la cara.

De inmediato el 112 movilizó dotaciones de emergencia de los Bombers de Palma, Policía Local y Policía Nacional y el 061.

Las primeras informaciones eran confusas porque los obreros no podían confirmar si el dueño de la casa estaba en el inmueble o no cuando se produjo el derrumbe. Los trabajadores aportaron su teléfono, pero nadie contestaba a las llamadas, lo que provocó momentos de gran incertidumbre. Los bomberos comenzaron a trabajar en el desescombro ante la posibilidad de que estuviera atrapado bajo las ruinas.

Finalmente, sobre las cinco de la tarde, el joven pudo ser localizado. Al parecer había salido de la casa apenas media hora antes del siniestro y estaba practicando surf en Cala Major, razón por la que no había contestado al teléfono. 

La Policía confirmó que en el momento del siniestro solo estaban los tres trabajadores en la casa, y que todos estaban bien. En cualquier caso, los bomberos examinaron el interior de la superficie derrumbada con ayuda de un dron, para descartar que no hubiera quedado nadie entre las ruinas.

La fachada que quedó en pie estaba en una situación muy inestable. Los trabajos de los Bombers se centran en asegurar la zona para evitar que nuevos desplomes puedan ocasionar un accidente, a la espera de que toda la estructura sea derribada. La Policía Local mantenía acordonado el recinto acordonado y precintado, y durante la tarde se optó por desalojar las viviendas aledañas al derrumbe para minimizar los riesgos.