Un total de 286 jóvenes almendros completan desde esta semana el paisaje en el Pla de Corona y, sobre todo, se presentan como la gran esperanza de los agricultores de la zona para preservar un cultivo que se está perdiendo y que está acabando con uno de los bienes agrícolas y etnológicos más importantes de la isla.

La iniciativa se ha puesto en marcha gracias al empeño de dos payeses comprometidos e «iluminados», como ellos mismos se definen, Toni Bonet y Miquel Bonet, que han decidido cultivar en dos de sus terrenos almendros de distintas variedades autóctonas, como la pau y la espineta (única en Corona) y otras foráneas. Para ello cuentan con el asesoramiento y la coordinación de la conselleria de Agricultura del Consell de Ibiza. La repoblación está subvencionada por Ibiza Preservation Found, que ha aportado 10.000 euros, y cuenta con la implicación total de la Asociación de Vecinos de Santa Agnès, que se ha volcado en la difusión y preservación de este producto. Ayer, el técnico de la institución insular Josep Lluís Juan coordinaba las labores de plantación y explicaba a un grupo de alumnos y profesores de Can Marines, que también acudieron a realizar una clase práctica y trabajaron en el cultivo, el proceso que se debía seguir con los injertos de almendro.

Importante impulso

Importante impulso«Es un día muy importante para Corona porque creo que es la mayor plantación de almendros que se realiza en la zona en 40 años y porque puede suponer un impulso a un cultivo que se está perdiendo», señaló Juan. Ni Maria Ferrer, presidenta de los vecinos, ni los dos agricultores recordaban plantaciones tan importantes allí. El técnico destacó que además esta plantación se hace con nuevos parámetros y que servirá de plan piloto para poder hacerse extensiva a otros cultivos de la zona. En concreto, esta repoblación se realiza en dos terrenos, uno en secano (como son la mayoría de almendros del Pla de Corona) y otro en regadío, aprovechando una de las dos o tres perforadas que hay en la zona. En el de secano se han plantado un total de 126 patrones, que luego recibirán los injertos de las variedades tradicionales de la isla, y en el otro 160.

En proporción, la extensión de estos dos cultivos donde se realiza no es muy extensa, 1,7 hectáreas, si se compara con las 230 hectáreas que ocupan solo la parte central del Pla de Corona. Aun así, la intención de estos agricultores es que a esta iniciativa se sumen otros productores de la zona. «Soy de aquí, me siento de aquí y me da mucha pena ver el abandono que hay y que se estén muriendo todos los almendros», lamentó Miquel Bonet, quien también culpó a las administraciones de dar la espalda al campo: «No hay ayudas, nos tienen abandonados. La ecotasa debería servir para esto, y me da rabia ver que se emplea para poner más hormigón, como en los paseos marítimos de Ibiza y Sant Antoni». «Algo hay que hacer si queremos mantener este lugar tan maravilloso», apuntó Toni Bonet.

Si las condiciones se cumplen, sobre todo si llueve, en 3 o 4 años estos almendros empezarán a dar sus primeros frutos.