La producción de almendra en Ibiza se ha cuadruplicado este año en comparación con 2017, según los datos de la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni, el principal productor de la isla. En esta cooperativa se han recogido hasta la fecha 96 toneladas (todavía no se ha cerrado la campaña), cuando en 2017 apenas se alcanzaron 24.

«La producción del año pasado fue pésima, porque lo normal es estar en unas 70 toneladas, pero fue a causa de la grave sequía de 2016; el año pasado llovió más y se ha notado en la cosecha», aseguró ayer Juan Antonio Prats, gerente de la cooperativa, que junto con la Agrupación Ibiza y otro agricultor de Sant Agustí son los productores más importantes de Ibiza.

Este incremento de toneladas, según los expertos, es normal porque después de un año tan escaso, como el de 2017, «siempre viene uno mejor», pero no esconde el principal problema que sufre el cultivo de almendra en Ibiza: el abandono.

«Si seguimos a este ritmo en una década habremos perdido todos los almendros de Corona y todo será bosque», subrayó ayer Josep Lluís Juan, técnico de la conselleria de Agricultura del Consell, que participa estos días en una iniciativa de repoblación de almendros en Santa Agnès. Las últimas cifras desvelan que el cultivo de almendros en la isla se ha reducido un 30% en cinco años.

Otro de los problemas que denuncian los agricultores es el precio «tan bajo» al que pagan la almendra, cerca de un euro el kilo, y que hace muy complicado competir con la almendra de California. Uno de los agricultores que desarrolla esta plantación en Corona, Miquel Bonet, teme que si el sector del campo no se implica los almendros desaparecerán y el Pla será cubierto por pinos, «que ya empiezan a asomar» por algunos rincones de la zona. «Mucha culpa la tenemos los propios ibicencos que hemos dejado morir el campo», lamentó.

La salvación es posible

A pesar de que resucitar la producción de almendra en Ibiza para hacerla mínimamente rentable es muy complicad0, «y más en secano», que es como se cultiva en Corona, señaló Juan, la idea es que con esta repoblación cunda el ejemplo entre los agricultores y productores. «De momento, económicamente no es rentable, pero la idea sería trabajar con las variedades propias de aquí y sobre la marca Ametlla d'Ibiza, una marca de calidad que pueda distribuirse como tal», apuntó Juan.

La almendra de Ibiza como afirma Prats, de la Cooperativa de Sant Antoni y que gestiona la marca Ametlla d'Ibiza, «es de gran calidad». Josep Lluís Juan corrobora que se trata de un fruto de una calidad «indudable» que ya era reconocida hace 200 años.

La incorporación de una máquina recogedora de almendra por parte de la Cooperativa de Sant Antoni ha ayudado en los últimos años a facilitar el trabajo a los agricultores. «Pero hace falta que se animen los payeses a cultivar y los productores a vender, que entiendan que es un producto nuestro, que si se cuida el almendro rinde bien», defendió Juan.

El técnico del Consell alabó también las propiedades nutritivas de la almendra y las características de las variedades locales, «muy utilizadas en su día para la elaboración de distintos platos, como la salsa de Nadal».