Seguridad

Las unidades especiales de los bomberos se preparan para la época de más rescates en Ibiza

Las unidades especiales del cuerpo de emergencias se entran en un simulacro con dos prácticas: una en sa Pedrera y otra en s'Argentera

Simulacro de los Bomberos de Ibiza de un rescate en sa Pedrera

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

El reloj inteligente de Félix, un escalador profesional que ha decidido pasar la jornada en sa Pedrera de Cala d’Hort (de manera ficticia, aunque es un voluntario real), manda a las 9.40 horas un aviso a través del 112 alertando de que ha sufrido un accidente en la zona. La ubicación, sin embargo, es imprecisa.

«A partir de esta información, mis compañeros utilizarán sus conocimientos del área para localizar a la víctima», explica Bernat Escrivà, el caporal especialista del Grupo de Rescate Vertical (GRV) de los bomberos de Ibiza. «Sabemos que aquí hay dos puntos de escalada: detrás de la torre des Savinar y otro en la ruta del Buda», añade.

En total, 21 efectivos del Parque Insular de distintas unidades especiales participaron ayer por la mañana en un simulacro que consiste en dos ejercicios simultáneos: uno en la zona de s’Argentera (entre Santa Eulària y Sant Carles), en el que intervienen el GRV y la unidad canina, y otro en sa Pedrera de Cala d’Hort. «El objetivo es conseguir la coordinación entre todas las unidades. Cada una trabaja con sus técnicas y es importante saber cómo comunicarnos y poder ayudarnos los unos a los otros», apunta Escrivà.

Durante el entrenamiento, el Grupo Especial de Drones (GED) establece la base de operaciones en el mirador de Cala d’Hort. Desde allí, cinco especialistas de la unidad se comunican por walkie con cuatro miembros del GRV que intentan localizar a Félix en un área escarpada detrás de la torre sirviéndose de las coordenadas proporcionadas por el dron.

«Tenemos al escalador, lo hemos encontrado en una cueva», comunica uno de ellos a la base a las 10.15 horas, una hora y media después de recibir el aviso. «Esta vez lo hemos encontrado con el vuelo manual [la función más básica del dron]», indica Javier Ribas, responsable del grupo especial: «Si no lo hubiéramos encontrado así, iniciaríamos un mapeo de la zona».

Esto se hace, detalla, usando diferentes softwares de los que disponen para la búsqueda de personas. Uno de ellos detecta a los accidentados, aunque estén en posiciones amorfas, a través de la silueta humana. «También reconoce y localiza objetos personales como zapatos, bolsos, chaquetas...», que proporcionan información para poder localizar a la víctima. El otro sistema funciona «por colometría», señala Ribas: «Si sabemos el color de ropa que llevaba esa persona o a partir del color de la piel, se mapea la zona y se analiza», prosigue.

Cinco rescates este 2024

El simulacro sirve, sobre todo, de cara al inicio de la temporada, cuando «hay un mayor número de rescates en el medio natural», asegura el caporal de GRV. Sobre todo, en ciertos puntos negros de la isla entre los que se incluye sa Pedrera: «Normalmente, desde abril hasta octubre o noviembre, en función del tiempo que haga y del turismo que traiga».

Escrivà afirma que a lo largo del año pasado se llevaron a cabo alrededor de 70 rescates en entornos naturales de la isla. Muchos de ellos en l’Avenc de na Coloms (mal conocido como Cueva de la Luz), donde el pasado noviembre falleció un excursionista. Ahora, el acceso al interior de la cueva está restrigido y las personas que se lancen al agua y tengan que ser rescatadas se enfrentarán a una sanción.

En cuanto a sa Pedrera, a pesar de que en 2023 solo hubo dos actuaciones por parte de los bomberos, el caporal señala que «va por épocas»: «Otros años hemos tenido que rescatar hasta a nueve personas, algunas de ellas fallecidas», apunta. En ese sentido, el experto hace unas recomendaciones a la hora de acceder a determinados lugares: «Saber bien a dónde vamos y, sobre todo, saber si seremos capaces de acceder técnicamente y con los recursos que llevamos», termina. A las 13 horas, casi tres horas y media después de pedir auxilio, Félix, en una camilla porteada por los bomberos llega a lugar seguro. De ahí, ambulancia y hospital.