Un agente cívico que formaba parte del servicio municipal de seguridad impulsado por el Ayuntamiento de Sant Antoni para esta temporada turística ha sido despedido por haberse fumado un porro de hachís en plena calle mientras se encontraba de servicio. El agente fue expedientado por la Policía Local y ha sido despedido «de manera fulminante» por la empresa Fegamás Servicios Auxiliares SL, adjudicataria del servicio de seguridad.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo al lunes, cuando el agente salió de la oficina de coordinación situada en el West End, local que comparte esta empresa con la Policía Local y la Guardia Civil, para fumarse un canuto. En ese instante dos compañeros suyos que regresaban de realizar un servicio observaron los hechos y recriminaron al agente su acción. Pero fueron dos agentes de paisano de la Policía Local que patrullaban por la zona los que se percataron de lo ocurrido y denunciaron al infractor. Según ha podido saber este periódico, los policías locales levantaron un expediente sancionador al agente por posesión de hachís. Inmediatamente la Policía Local puso en conocimiento de la empresa Fegamás este hecho y el agente fue despedido.

«Ha sido una bobada de una persona a la que le ha costado su puesto de trabajo», lamentó ayer Félix García Barroso, responsable de Fegamás, quien recordó que «precisamente un agente que está para evitar estas cosas no debe hacerlas».

Dos posibles despidos

Los otros dos agentes cívicos que se encontraban en ese momento con el denunciado también han sido expedientados por la empresa y apartados del servicio. Fegamás tiene sus cartas de despido sobre la mesa, pero está estudiando las alegaciones de los implicados para reconsiderar su decisión. «Creo que ellos no han tenido nada que ver con esto, así nos lo han contado, que regresaban de hacer una patrulla y se lo encontraron en la puerta fumándose el porro», defendió García Barroso, quien subrayó que este incidente no debía empañar la labor que están realizando los agentes desde que se puso en marcha este servicio.

Entre las funciones que deben desempeñar estos agentes cívicos están las de informar a los turistas o peatones de las sanciones reguladas por el Ayuntamiento a través de las ordenanzas municipales sobre las conductas prohibidas (como la de consumir drogas) en la calle y en los espacios públicos; así como la de recomendar conductas para la buena convivencia o contactar con la Policía Local y la Guardia Civil o servicios sanitarios en caso de que sea necesaria la presencia policial o sanitaria.

Por su parte, el Ayuntamiento además de pedir la baja «inmediata» de este agente ha solicitado a la empresa adjudicataria que le envíe antes de este viernes una relación de los trabajadores contratados y si tuvieran antecedentes penales, según informó un portavoz municipal.

La baja de estos tres agentes ha sido cubierta por otros tantos sustitutos, por lo que el servicio no se ha visto afectado, según aseguró ayer un portavoz de la empresa.