Opinión | Desde la Mola

Fumata blanca

Pista libre para que los chiringuitos vuelvan a las playas de Formentera

La fumata blanca deja pista libre para que los chiringuitos vuelvan a las playas de Formentera. La Junta de Gobierno del Consell tras una ardua lucha de propuestas con y sin sustancia, de descalificaciones políticas y personales, de advertencias que suenan a amenazas, de faroles sin base jurídica y un largo etc de lo que ustedes piensen o se imaginen, ha aprobado por (¡uy!, iba a decir unanimidad) la mayoría de Sa Unió y la oposición del presidente no adscrito, la adjudicación de los quioscos (dos años después) a los designados por la Mesa de Contratación solventadas las alegaciones y demás impedimentos. Ahora comienza un largo proceso judicial (imagino a los afectados en la puerta del juzgado de guardia) pero por lo menos tenemos la esperanza de que uno de los atractivos de la isla en el sector turístico, los chiringuitos, estén en condiciones de abrir, aunque sea temporada iniciada. Alguien del govern del Consell debería aprenderse todos los preceptos legales que han llevado a esta decisión, incluidos los interpretativos, para que la ciudadanía tenga claro cuáles son las circunstancias que nos han llevado a esta dilación. No podemos estar siempre en la duda de si las cosas se han hecho con el rigor que un tema de esta envergadura precisa. La fe debida la dejamos para los creyentes o monoteístas. Los otros mortales, los racionalistas (no de santo Tomás, pero casi) precisamos datos y un relato de los hechos convincente. Hasta ahora no lo hemos tenido. Perdidos en intereses particulares, confesiones en la oscuridad a unos y otros pretendientes, propuestas de lo más incoherente, hasta contradictorias, presiones sin impresionar. Los ciudadanos de Formentera nos hemos pasado un otoño, un invierno y media primavera preguntándonos los unos a los otros ¿habrá chiringuitos este verano? Pese a la decisión de la Junta de Gobierno del pasado viernes, todavía subsiste la duda razonable. Necesitamos una respuesta clara por parte del Consell y precisamos una respuesta clara, también, de los adjudicatarios, sobre la posibilidad real de apertura en tiempo. Atrás quedan episodios de elecciones perdidas, de elecciones ganadas, de los efectos electorales del desbarajuste Sa Unió versus Córdoba. Las normas del concurso “obligan” (ya me entienden) a una homogeneidad de los quioscos. Espero que cada uno de ellos tenga su personalidad propia que nos acerque a tiempos pretéritos donde Pirata Bus era Pirata Bus, Lucky era Lucky y Bartolo era Bartolo como iconos de lo que nos gustaría que fueran. Instalen lo antes posible, si el tiempo y la autoridad no lo impiden, como en los carteles taurinos.