Dicen que el verde es el color de la esperanza, y que la esperanza es lo último que se debe perder. Así las cosas, habrá que tener plena confianza en el saber popular y mantener viva la llama del optimismo de cara a los próximos y decisivos cinco últimos partidos que deberá afrontar el Puchi para tratar de alcanzar el objetivo de salvarse a final de temporada y quedarse en la máxima categoría del balonmano femenino nacional. El verde del renovado y recién instalado parqué del pabellón de Santa Eulària fue ayer testigo de un infausto día de estreno en el que el Puchi no pudo celebrar un triunfo que le habría dejado muy cerca de la permanencia.