Azúcar Moreno dan mucha guerra en la Navidad de Sant Antoni

El público abarrota el espacio navideño del paseo para el concierto estrella de las fiestas

"Yo siempre he dado mucha guerra, desde pequeña. Me decían no hagas esto y lo hacía. Me decían no te pongas ese escote y me lo ponía... Pero es que hay que dar guerra, porque eso significa que estamos vivos", aseguraba Toñi Salazar casi al comienzo del concierto que ofrecieron anoche Azúcar Moreno en Sant Antoni, ante las miles de personas que abarrotaron el espacio navideño del Passeig de ses Fonts.

Y es verdad que dieron guerra, porque Encarna y Toñi desplegaron poderío para demostrar que los 60 pueden ser los nuevos 40, o hasta los 30 si me apuras. Vestidas de riguroso negro ceñido cantaron, bailaron y presumieron de ese estilo algo salvaje y racial para poner a bailar -y a grabar con los móviles- a sus seguidores, aunque tuvieran que alargar los monólogos, algo insustanciales, entre canción y canción para recuperar el resuello.

El concierto tuvo un toque verbenero, casi de noche de verano, sobre todo porque entre los 15 grados que marcaba el termómetro y el calor humano de las apreturas sobraban chaquetas y fulares. Y Encarna no paraba de repetir lo a gusto que se estaba en Ibiza con este calorcito y junto al mar y al lado de ese espectacular árbol de Navidad y "con esta gente tan bonita"... pese al miedo que habían pasado para llegar a la isla por su pánico a volar .

Aires de verbena

Y aire de verbena también por el excesivo volumen de las bases pregrabadas, que retumbaban tanto que a veces era muy difícil distinguir lo que estaban cantando.

El dúo interpretó uno por uno todos sus hits y gracias al buen grupo de acompañamiento sonaban mejor los temas más aflamencados, como el ochentero 'Debajo del olivo', que los más pachangueros, como ese 'Torero' que emplearon como único bis con ese ruido de fondo mortificante.

Fueron desde 'Devórame otra vez' a 'Tequila' para acabar con sus dos megaéxitos: 'Solo se vive una vez' y 'Bandido', que el público ya coreaba nada más comenzar a explicar que iban a recordar su presencia en Eurovisión, hace ya 33 años.

Sus muchos seguidores, móvil en ristre para fijar la memoria del momento, disfrutaron de lo lindo en un concierto estrella de las fiestas navideñas de Sant Antoni muy, muy, divertido. Y después se quedaron a comentar la jugada en ese espacio navideño del paseo lleno de chiringuitos aprovechando el tirón de la noche festivalera, ay caramba.