Entrevista

Javier Gallego, periodista: «El turismo de masas es un brazo armado del turbocapitalismo»

El periodista, escritor y músico Javier Gallego, en la librería Rata Corner de Palma. | DM

El periodista, escritor y músico Javier Gallego, en la librería Rata Corner de Palma. | DM / redacción

¿Hay transgresión o evasión en este fin de semana de sexo, drogas y rocanrol?

Hay transgresión y evasión. Son un grupo de jóvenes en una noche sin fin tratando de escapar de una realidad inhabitable, pero también encontrándose con los amigos, transgrediendo ciertas normas, relajándose, dejándose llevar, encontrándose también consigo mismos, como no hacemos durante el día. Una forma de evasión también es el encuentro con los demás y creo que hay una transgresión con la sociedad en la que viven. Como lo que nos dais no es aceptable, vamos a inventarnos una nueva forma de vivir, que es vivir de noche y contra las normas. El baile y la noche son también formas de romper lo convencional, lo establecido.

Arrastran sueldos precarios, despidos y sueños incumplidos.

Es inevitable que se sientan desencantados. Es una novela que habla del fin de la juventud. No son tan jóvenes y permanecen en ese estado por vocación y por obligación también, porque es imposible hacerse adulto cuando no existe un futuro. No te puedes independizar, no puedes tener una familia... Por otra parte, no quieren convertirse en adultos en este tipo de sociedad.

¿Viéndose atrapados por las convenciones?

Es un grupo que intenta vivir a la contra, en los márgenes, sin cumplir el papel asignado, ya que piensan que para qué encajar y tener que seguir el mismo carril que los demás. Los jóvenes, en general, son rebeldes, no quieren encajar en los moldes. Cuando pasa el tiempo vamos dejando que el molde nos atrape y al final acabamos siendo adultos, a veces frustrados, desencantados con el camino que hemos tomado. Al llegar a cierta edad mucha gente se pregunta si realmente hizo lo que quiso, si cumplió sus sueños.

¿Por qué los jóvenes de hoy no parecen tan rebeldes?

Creo que tienen sensación de impotencia porque han nacido en un presente sin futuro, con una crisis climática, migratoria, económica. No han visto más que una crisis permanente, por lo que les cuesta imaginar algo fuera de esto y del sistema capitalista.

Tras el 15M, ¿el imperio no se tambaleará más?

Siempre se puede tambalear, aunque me llena de inquietud que lo haga hacia la destrucción nihilista, que no conduzca a más derechos, libertades y progreso, sino al retroceso, como estamos viendo. Una parte de la juventud se está entregando a ideologías reaccionarias. La rebeldía hoy desgraciadamente se ha vuelto de derecha y ultraderecha, y en parte se debe a que la izquierda no está ofreciendo respuestas en un momento de emergencia.

¿Le sorprende lo que ocurre en las universidades de EEUU?

Me parece muy esperanzador y proviene de la otra parte de la juventud que no está comprando el discurso reaccionario, sino que tiene una conciencia progresista y comprometida con el futuro de la humanidad. Y la humanidad en general, pese a sus muchos vaivenes, siempre va avanzando. Hay desigualdades atroces y el progreso a veces destruye, por eso hay que ser conscientes de que no podemos crecer de forma descontrolada y de que tenemos que frenar y cambiar.

Uno de sus últimos pódcasts se titula ‘Aquí no hay quien viva’. No hay mejor definición de lo que ocurre en Balears.

Es un fenómeno global y una estrategia capitalista de libro que consiste en transformar el centro de las ciudades en gigantescos centros comerciales y vaciarlo además de sus residentes, que son sustituidos por visitantes. El turismo de masas es otro brazo armado del turbocapitalismo y nosotros servimos de cobayas porque ¿quién no quiere ganar más dinero alquilando su casa a turistas? Los demás no pueden acceder a una vivienda porque los precios son inasequibles y se está creando una nueva burbuja que probablemente nos llevará a un estallido y crisis tan atroz o peor que la que vimos hace más de diez años, pero aquí nadie está poniendo freno a nada.

En la introducción al tema dijo: «A Sumar ni se le espera». ¿Por qué está tan apocado?

La izquierda a la izquierda del PSOE quedó muy malherida de la ruptura con Podemos y la pelea sigue candente. Yo confiaba en que alguien como Yolanda Díaz, que es una buena vicepresidenta y ministra de Trabajo, fuese una buena líder y lograse unificar las izquierdas, pero no la veo con un discurso contundente, marcando terreno y estando a la vanguardia en temas desde la vivienda hasta Palestina. Parece que ha habido una rendición de armas, cuando tendrían que estar apuntando a la luna para por lo menos llegar a mitad de camino. Si en lugar de hacer eso miran al suelo, lo único que están viendo es polvo.

¿Se fía de la regeneración que anunció Pedro Sánchez tras su periodo de reflexión?

Es verdad que ha puesto sobre la mesa temas muy importantes, aunque ahora tiene que aprobar medidas concretas, porque de lo contrario esta jugada parecerá prácticamente electoralista. Me inquieta este movimiento tan personalista que ha hecho, muy poco democrático, sin consultar a su partido. Es populismo puro y duro y la democracia va mucho más allá de él. Es peligroso este endiosamiento que puede llegar a tener Pedro Sánchez.

¿Cómo se ataja la máquina del fango?

Es un problema muy serio que hay que abordar con un largo y profundo debate. Puedo apuntar cuatro pinceladas, entre ellas que los medios públicos realmente sean independientes del poder de turno, que las plataformas de difusión de contenidos tengan herramientas de verificación con el fin de luchar contra los bulos e intoxicaciones, establecer qué es un medio de comunicación para evitar a quienes se hacen pasar por periodistas, hacer un buen periodismo y desmentir todas las noticias falsas, que los colegios profesionales se impliquen en defender la deontología y no sean simples trincheras o chiringuitos. Lo que no hay que hacer es una Ley de Medios, porque puede ser peligrosa y abrir la puerta a la censura y los cierres.

Qué libertades y ataduras tiene un medio que depende de los suscriptores?

Tiene más libertad un medio que no depende de anunciantes ni partidos políticos, poderes más controladores. Y tiene la atadura de que el público espera escuchar un mensaje concreto, pero yo les respondo que no me pagan para oír lo que quieren oír, sino porque creen que tengo algo que decir. También debemos ser críticos con nuestros oyentes. Por eso tengo un medio independiente.n

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