El renacimiento de un edificio histórico

Teatro Pereyra: la esencia de siempre para el siglo XXI

La primera actuación tras la reinauguración del Pereyra, en la noche del viernes. | TONI ESCOBAR

La primera actuación tras la reinauguración del Pereyra, en la noche del viernes. | TONI ESCOBAR / luciana aversa/Efe

Luciana Aversa / EFE

Después de 17 años de obras de reforma y restauración, que han permitido recuperar el brillo de antaño pero con los avances y la operatividad del siglo XXI, el Teatro Pereyra de Eivissa reabrió por fin sus puertas este viernes. Coincidiendo con el 125 aniversario de su fundación, que fue el 6 de abril 1899, y después de permanecer 37 años cerrado, estrenará temporada de verano el próximo 18 de mayo con el espectáculo Ibiza Hippie Heaven, dirigido por Nacho Cano.

El público, en el patio de butacas y con los palcos de fondo. | TONI ESCOBAR

El público, en el patio de butacas y con los palcos de fondo. | TONI ESCOBAR / luciana aversa/Efe

Horas antes de la inauguración, a la que asistieron más de 400 personas, entre representantes institucionales, empresariales, culturales y de diversos ámbitos de la sociedad ibicenca, el dueño del emblemático edificio, el empresario Pedro Matutes Barceló, realiza con la Agencia EFE un recorrido para enseñar el resultado de una remodelación que se hizo para mantener el edificio tal y como era en el siglo pasado: «Yo quiero que una señora de 80 años que ha estado bailando aquí en su juventud entre y diga: es lo mismo», explica Matutes.

Pedro Matutes explica la reforma a Marga Prohens, Vicent Marí y Rafael Triguero. | TONI ESCOBAR

Pedro Matutes explica la reforma a Marga Prohens, Vicent Marí y Rafael Triguero. | TONI ESCOBAR / luciana aversa/Efe

Para ello, se han mantenido y restaurado todos los elementos originales, como las mismas puertas de entrada, que dan la bienvenida al ‘Teatro-Circo Pereyra’ y que dan acceso a la primera sala, el café del teatro, la única parte que se mantuvo abierta desde finales de los años 80 y la única que ha conocido hasta ahora la «gente joven» de la isla, recuerda el propietario.

La fachada del teatro, en la noche de la reapertura. | TP

La fachada del teatro, en la noche de la reapertura. | TP / luciana aversa/Efe

El siguiente paso es el acceso a sala principal, que se cerró en 1987 y que ahora vuelve a ponerse en funcionamiento con la misma estética de teatro-circo de inspiración francesa. Entre los elementos originales están las balaustradas restauradas con la pigmentación original, un tono «crema dorado con resaltes en la zonas centrales hechos con un polvo de oro» para gran sorpresa del propio Matutes, así como también las columnas y el reloj.

Una vez conseguido que la sala sea «exactamente» igual a como era en 1920, se ha buscado «la máxima operatividad» para mejorar las características escénicas, con platea basculante con una inclinación de «entre 5 y 6 grados para tener una mejor visión si se hace teatro o cine» y un escenario con tres plataformas móviles que funcionan de manera independiente, «para utilizarlo en modo conferencia, cuando necesitas muy poco escenario; utilizarlo todo para hacer un ballet grande o ponerlo en escalera si quieres poner una sinfónica», añade.

También tiene un sistema de luz y sonido, con focos que giran 360 grados, una pantalla led de «altísima calidad» para escenografías digitales, además de la pantalla de cine y la capacidad de transformarse con diferente tipo de mobiliario para sus distintas actuaciones de música en directo, teatro, espectáculos o cine.

En torno a su forma de herradura en la sala principal se ubican 52 palcos repartidos en dos niveles, cada uno dedicado a un artista internacional. En la tercera planta, porque aunque en la fachada son dos plantas, en el interior son tres, se ubica la nueva sala Sandoval con estética caribeña y ‘Es Galliner’, la zona más informal y asequible del teatro, con dos pequeñas barras, una a cada lado.

El edificio está lleno de elementos originales como el motor de la tramoya que movía los telones, el piano original que se usaba para las películas mudas a principios de siglo XX, un órgano Hammond del año 1959 y un proyector de cine del año 1952. También hay paneles informativos que detallan, por ejemplo, los restos del edificio portuario romano de 25 metros hallado debajo del teatro durante las obras.

Además, se ha instalado una placa dorada donde aparecen los socios fundadores: el matrimonio formado por Mercedes Sandoval del Castillo y el comandante Vicente Pereyra y Morante, y los comerciantes de la Marina, José Tarrés Espinal y Abel Matutes Torres, el bisabuelo del propietario.

Entre los fundadores compraron el solar por 1.000 pesetas, subastado por el Ayuntamiento de Eivissa con la única condición de que fuera para un teatro y «a principios de 1898 hicieron una llamamiento popular para que quien quisiera participar en el teatro con dinero, materiales, trabajo personal o influencia pudiera hacerlo».

«La gente empezó a poner a razón de un duro al mes hasta llegar a 50 pesetas y se hacía una obligación, que se pagaron a los tres años. Tenemos toda la documentación original y hemos puesto todos los nombres de las personas que participaron para hacerles un reconocimiento y para que la gente de Eivissa pueda reconocer antepasados suyos aquí», destaca Matutes. El teatro costó 67.000 pesetas y tras construirse con un permiso conseguido por el comandante Pereyra, al ser zona militar por estar cerca de las murallas de Dalt Vila, también hubo una inauguración, aunque diferente a la de este viernes.

«La gente lo sentía tan suyo que dos fines de semana antes de la apertura oficial consideró que esto ya estaba lo suficientemente acabado. Entonces, la charanga pitiusa que iba a tocar en Vara de Rey se metía dentro y toda la gente se metía detrás. La inauguración oficial fue porque fue oficial, pero se había inaugurado un montón de veces», relata Matutes.

El propietario añade que en la historia del teatro «ha habido de todo». «En los primeros 30 años de vida del teatro muchísimo baile, todo tipo de eventos sociales, mítines políticos, boxeo, teatro, se ha llegado a tener animales aquí adentro. Este fue realmente durante muchísimos años el único sitio donde se hacía absolutamente todo. Y queremos recuperar ese espíritu», concluye.n

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