Tribuna

Miguel Farriol. Un hombre de su época

Miguel Farriol | DI

Miguel Farriol | DI / Nuria del Río Pinto

Nuria del Río Pinto

Nuria del Río Pinto

Miguel Farriol Vidal (Barcelona, 1950) estudió, fotografía y diseño, en dos de las más prestigiosas Escuelas de Arte Catalanas, Massana y Elisava. Artista coherente con el momento histórico y tecnológico que le toca vivir, se ha reinventado tantas veces como este país nuestro que ha pasado de una dictadura militar, a ser una de las naciones que forman parte de la Unión Europea.

Todo en su biografía artística nos relata su tiempo, y su búsqueda de la modernidad del momento en el que vive, le tocó ser un rebelde a mediados de los años 70, pionero del tebeo underground español, aquel grupo de jóvenes que era su pandilla de amigos crearon una vía de escape al monopolio cultural. Ser un disidente cultural le llevó a distintos juicios por ser ‘El jefe’ del Rollo enmascarado, acusado de escándalo público por aquellas publicaciones, y en última instancia a Ibiza. Huyendo de las reiteradas acusaciones de escándalo público y a la espera de juicios por ello, se refugia con parte de su irreverente y subversiva cuadrilla en la isla. Su nombre estará vinculado a los inicios de los grandes del tebeo español: Nazario, Mariscal, Max, Ceesepe, El Hortelano, Montesol y Pepichek.

Miguel Farriol. Un hombre de su época

Miguel Farriol. Un hombre de su época / Nuria del Río Pinto

Aquí fue donde saltó del dibujo a la pintura... realizando una primera exhibición individual en 1985 en la Caja Postal, exposición erótica ‘Con el dedo en la llaga’, participando en diversos montajes colectivos en Sa Nostra y la Galería Berri a partir de ese momento. Una casualidad, si es que existe, le proporcionó la oportunidad de trabajar en los jardines de la mítica Glorys. Este ‘reciclaje inesperado’ le llevará por derroteros nunca imaginados pues de la pintura va a pasar al diseño de paisajes, su conexión con la «cuarta dimensión» como él lo llama. Han sido más de treinta años creciendo con algunos de los paisajes que se han creado en esta isla y dice estar muy agradecido por ello. El jardín tiene una proyección dinámica que el papel o el cartón no tienen y que es imposible, el tiempo es una variable transcendental que va a poder desarrollar en su nueva fase creativa. Un jardín es una entidad viva y constante transformación.

Y este dinamismo precisamente es lo que cobra especial importancia en esta fase creativa en la que se encuentra en la actualidad, el arte digital. En el 2015 y de manera autodidacta, comienza escaneando sus dibujos y fotos.

En estas últimas obras, una etapa que ha iniciado hace año y medio aproximadamente, Farriol parte de un dibujo a plumilla en blanco y negro, lo escanea, En su trabajo quedan trazas del boceto de plumilla, insistiendo en la idea del origen manual de la imagen, a través de distintos programas y sus herramientas correspondientes, crea lo que él llama un «cuadro», trabajando por capas interviene en ese boceto inicial dejándolo a veces irreconocible, buscando texturas y volúmenes que sólo la pantalla de un ordenador puede configurar, convierte su obra en una creación electrónica única.

De la realización por capas de esta obra única, se produce un vídeo creativo. En este momento, hay once vídeos de un minuto aproximadamente de duración pero que concretan hasta treinta horas de trabajo. El vídeo le ha permitido incluir sonidos, melodías distorsionadas y ruidos que avanzan en sincronía con las imágenes, potencia narrativa. Farriol es autodidacta, en permanente aprendizaje y descubrimiento de las herramientas y posibilidades que le proporcionan diferentes programas de Adobe, desde Audiction para el sonido que incluye en sus vídeos, a Aftereffects que busca la tridimensionalidad o el más popular Photoshop.

Miguel Farriol. Un hombre de su época

Miguel Farriol. Un hombre de su época / Nuria del Río Pinto

La novedad y transcendencia de estos vídeos surgen de un concepto en bucle, que le proporciona lo que él denomina «pintura infinita», Farriol captura una imagen de este vídeo, al azar o seleccionada por su singularidad, que a su vez puede dar lugar a todo el proceso de nuevo.

Nos trae a la memoria los trabajos de animación musical abstracta del gran Oskar Fischinger y su ‘optical poem’ de 1938. Más cerca en el tiempo, tenemos esta sinergia de música con imágenes abstracta en los trabajos para las producciones de cine norteamericanas de Binder, los títulos iniciales de ‘Charada’ de 1963 o el ‘Dr. No’, de la saga de James Bond, o de Saul Bass como en la película: ‘Anatomía de un asesinato’ de 1958, por ejemplo.

En el 2023, tuvimos la oportunidad de ver su trabajo en el Centre Cultural de Sant Rafel, el 8 de marzo de este año pudimos asistir a una charla en Filmótica Studio donde explicó una aproximación a su trabajo. En este mes de abril sus trabajos estarán presentes en Can Tixedó, tanto en impresión de papel Hahnemühle como en vídeo. Intrépida apuesta de este artista multidisciplinar e inquieto que nos muestra que no hay límites a la creatividad.

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