Juancho Conejo, voz, letrista y guitarra de Sidecars: «A veces es vital pararse y dar un giro si no eres medianamente feliz»

«Estamos sobrepasados de información y pantallas. Yo no tengo wasap ni redes sociales, por lo que si hay algún consejo que pueda dar es que la vida es mucho más tranquila así»

El líder de Sidecars, Juancho Conejo.

El líder de Sidecars, Juancho Conejo. / Jaime Galindo

El grupo madrileño presenta ‘Modo avión teatro tour’ donde su estilo pop-rock se escucha en formato electroacústico. La banda se encuentra inmersa en una gira de ámbito nacional con temas de su último disco, ‘Trece’, y algunos de los éxitos más conocidos por sus seguidores.

Repiten gira en teatros. ¿Qué les ofrece este escenario frente a otra clase de salas?

Estamos muy acostumbrados a ir a conciertos a cantar y bailar, y eso está muy bien, pero también nos encanta lo que se genera en los teatros. Hay silencio, la gente escucha atentamente y aplaude en algunos momentos durante las canciones. Todo se desarrolla en función de las emociones y nos gusta mucho.

Con esta «propuesta íntima», ¿el público se hace suyas las canciones de forma distinta?

Sí, porque les ofrecemos una actuación diferente, un poco más gourmet, por decirlo de alguna manera. Es un concierto con más arreglos y centrado en la música, no en el baile, con temas que no tocamos tanto en otras salas.

¿Tenemos que ponernos en modo avión más a menudo?

Yo creo que sí. Es evidente que estamos bastante sobrepasados de información y pantallas. Sé que es adonde va la sociedad, aunque yo personalmente estoy muy desconectado del teléfono móvil. No tengo wasap ni redes sociales, por lo que si hay algún consejo que pueda dar es que la vida es mucho más tranquila así, en modo avión.

¿Por qué, según la canción, hay que pedir auxilio después de un año en modo avión?

Es una metáfora de estar hacia dentro, solo con uno mismo. Está bien, pero también es necesario levantar la mano y llamar a un amigo si necesitas ayuda.

La melancolía abunda en sus composiciones. ¿Es fácil sacar la tristeza a través de la música?

Yo la utilizo como desahogo muy a menudo. No recuerdo qué artista decía que cuando está bien, lo que le apetece es estar por ahí con los amigos y cuando está mal, prefiere quedarse en casa con la guitarra. Es algo así y por eso las canciones tienen ese poso de melancolía. Todos pasamos por momentos mejores y peores, y yo en estos últimos soy más prolífico componiendo.

¿Cada vez hay más gente que quiere dar un giro a su vida de 180 grados, como en otra de las canciones?

No sé si va en aumento, pero creo que a veces es vital pararse, analizar si te gusta lo que estás haciendo, si eres medianamente feliz y cambiar de dirección si no es así. Llega un momento en el que necesitamos mirar a nuestro alrededor y pensarlo. Es muy sano, aunque luego retomes la dirección que tenías. 

En varios temas proponéis «sálvese quien pueda». ¿No nos queda otra?

A veces pienso que no, pero guardo la esperanza de que nos animemos a hacerlo juntos. Este disco lo escribí en el contexto del final de la pandemia y tenía esa sensación. Muchas veces sigue pareciendo que todo el mundo va a su bola, cada uno a lo nuestro.

Las más conocidas, Mundo imperfecto y Amasijo de huesos, son de amor. ¿Llega más?

Las canciones conectan con la gente cuando le hacen recordar cosas que ha vivido y el amor y el desamor son temas universales, por lo que si das con los versos buenos, tocan de cerca a muchas más personas que otras letras.

¿Cómo fue componer el tema de la comedia Reyes contra Santa?

El director de la película me llamó porque quería una canción de rock del estilo de Sidecars. Me gusta probar cosas nuevas, pero quería que el tema tuviese una historia con doble sentido, que también contase algo sobre mí, y surgió.

¿En qué sentido influye ser el hermano de Leiva, de Pereza?

En que he tenido cerca alguien con más experiencia y que me ha dado buenos consejos. Eso es lo más importante. También puede que haya seguidores que nos han conocido porque les gustaba su música y se interesaron en saber qué cantaba su hermano.