La «resistencia» contra el racismo en las torres de Ibiza

Cinco enclaves patrimoniales de la isla son escenario de la participación por primera vez en el ‘Encendido de torres, atalayas y talayots’ para reclamar el respeto a los derechos humanos que merecen todas las personas migrantes

Con humo a mediodía y luz al atardecer. Como faros en las costas que indican a los navegantes su posición, más de un centenar de puntos a lo largo y ancho del Mediterráneo se destacaron ayer en el horizonte. Aquí estamos.

La edición del ‘Encendido de torres, atalayas y talayots 2024’, incluyó por primera vez cinco enclaves ibicencos: el baluarte de Sant Bernat en Dalt Vila, la Torres de la Sal Rossa de platja d’en Bossa, la Torre de ses Portes en ses Salines, el Faro de ses Coves Blanques en Sant Antoni y la Torre de s’Esglesia del Puig de Missa de Santa Eulària.

La «resistencia» en las torres  | ORGANIZACIÓN

La «resistencia» en las torres | ORGANIZACIÓN / Isaac Vaquer

También Formentera participó por primera vez con el encendido de la Torre des Pi des Català en esta iniciativa puesta en marcha hace ocho años por el Fons Mallorquí de Cooperació, con el objetivo de sensibilizar sobre el drama migratorio que se vive en el Mediterráneo y reivindicar las torres, atalayas, talayots y fortificaciones como patrimonio histórico y cultural de las costas mediterráneas. Este año se sumaron a esta iniciativa fortificaciones de Cataluña, Aragón, Comunitat Valenciana, Murcia, Andalucía, además de puntos en Francia, Italia, Marruecos y Túnez.

La «resistencia» en las torres  | TONI ESCOBAR

La «resistencia» en las torres | TONI ESCOBAR / Isaac Vaquer

«Es una llamada de atención ante el drama que se sufre diariamente en este mar que baña nuestras costas, para que se respeten los derechos humanos. Para recordar, en definitiva, la humanidad, que tendría que ser una cualidad nuestra pero parece que a veces nos olvidamos», lamentaba la coordinadora del Fons Pitiús de Cooperació, Fina Darder, mientras el viento dispersaba el humo naranja de una bengala sujeta por una voluntaria de Médicos del Mundo.

¡Actuamos!

Participar ayer por primera vez en este evento, fue una oportunidad para Cáritas, Cruz Roja, Fons Pitiús de Cooperació, Fundació Deixalles y Médicos del Mundo para dar visibilidad a la campaña ‘Contra el racismo y la xenofobia, ¡actuamos!’ impulsada por estas cinco entidades.

Un trabajo coordinado que busca concienciar para la construcción de un modelo de convivencia basado en la cultura de la paz y los derechos humanos y por el que todas ellas participaron el pasado 18 de diciembre en la celebración del Día Internacional de la Persona Migrante.

Antes de iniciar el acto, los voluntarios colocaron en el muro del baluarte algunos carteles. Un cartel preguntaba: «¿Es verdad que los servicios sociales y la educación gratuita suponen un efecto llamada que hace aumentar la migración? Lo cierto es que las migraciones las provocan otros factores que se producen en los países de origen como los conflictos armados, las persecuciones o la violencia». En otro se podía leer: ¿Es cierto que el incremento en la llegada de personas migrantes aumenta la delincuencia y la inseguridad? La realidad es que España es uno de los países con la tasa de criminalidad más baja de Europa y uno de los que ha tenido mayor incremento migratorio en los últimos años. El número de extranjeros reclusos es el 0,26% de toda la población extranjera».

La «resistencia» en las torres  |

La «resistencia» en las torres | / Isaac Vaquer

Así, a través de varios carteles se intentaba dar respuesta a algunos prejuicios xenófobos habituales. «Se trata de una actividad que se está realizando con jóvenes de la isla, ellos hacen estos mensajes que luego se publican en redes sociales para contradecir estas ideas falsas a través de datos y argumentos», explicaba Darder.

Pasadas las 13 horas se iniciaba la lectura del manifiesto. Al fondo se podía ver ya el humo en la torre de sa Sal Rossa. La concejala de Archivo, Normalización, Cultura, Patronatos y Biblioteca de Ibiza, Carmen Domínguez, fue la encargada de leerlo en catalán.

Un texto que arrancaba con un mensaje claro y sencillo, el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, dotados como están de razón y conciencia han de comportarse fraternalmente los unos con los otros.

¿Dónde está esa igualdad, dignidad y humanidad en la muerte de miles de personas que abandonan cada año su tierra en busca de un futuro mejor tras embarcarse en botes endebles? Cuando «el nivel de consideración hacia las personas depende del color de su piel, su procedencia, su cultura, su religión o su nivel socioeconómico».

El manifiesto invitaba a que estas situaciones y actitudes no despierten «rabia», sino «un espíritu de resistencia para no perder nuestra humanidad, aquella que nos empuja a la generosidad, la solidaridad y el compromiso».

El encendido suponía así el acto simbólico con el que las cinco entidades quieren manifestar su resistencia frente al racismo y la xenofobia. Para extender este mensaje en la sociedad pitiusa hay programadas toda una serie de actividades que empezaron en septiembre del año pasado.

Principalmente están dirigidas a los centros educativos de todos los niveles, pero también se llevarán a cabo formaciones para el personal público que atiende a las personas migrantes en un primer momento, como el personal sanitario, policía o técnicos de las administraciones locales.

Todo ello orientado a «buscar la mejor de las convivencias entre la gente que llega de fuera y la que vive aquí a todos los niveles y en todos los sectores», apuntó la coordinadora del Fons Pitiús de Cooperació. O como apuntó el escritor Biel Mesquida en el manifiesto del año pasado, la señal de que «muchos grupos de humanos resistentes y luchadores entonamos cantos llenos de palabras por los derechos humanos, del planeta, de la vida, la cultura y la libertad».

Suscríbete para seguir leyendo