Especial Salón Náutico de Barcelona - Náutica en Ibiza y Formentera

Las altas expectativas lastran las ganancias del sector náutico

La temporada comenzó con un exceso de optimismo que hizo que las compañías dedicadas a la navegación de recreo hicieran altas inversiones que no se han visto compensadas durante el verano

Los barcos de alquileresta temporda han salido menos de lo esperado de los puertos deportivos de las pitiusas.

Los barcos de alquileresta temporda han salido menos de lo esperado de los puertos deportivos de las pitiusas. / VICENT MARI

Susana Asenjo

Susana Asenjo

Con la frase «una temporada complicada y atípica» resume Ramón van der Hooft, presidente de la Asociación de Náutica de la Pimeef, cómo han sido estos meses de primavera y verano para las compañías que se dedican al sector náutico. Las causas son varias y algunas se repiten cada año como el intrusismo, la oferta de la Península, la carestía de la vivienda pero otras son nuevas como el exceso de optimismo.

Tras el covid, las empresas que se dedican a alquilar barcos vivieron un boom. Muchos turistas preferían pasar unos días en una embarcación a ir a un hotel o una villa, y por otro lado, la falta de algunas opciones de ocio como las discotecas y el temor de algunos de acudir a restaurantes, hicieron que alquilar un barco fuera una alternativa para divertirse con una alta demanda.

Este año no ha sido igual. Ramón van der Hooft apunta que tras dos años muy buenos, los empresarios esperaban que este iba a ser igual y la sorpresa ha sido que el negocio ha descendido entre un 10 y un 15%,en el mejor de los casos, y un 50% en el peor.

La temporada empezó fuerte en Semana Santa.

La temporada empezó fuerte en Semana Santa. / VICENT MARI

Con las expectativas en el nivel máximo, los empresarios de la náutica se lanzaron a hacer inversiones y a comprar o alquilar pisos para sus empleados. Un sobreesfuerzo económico que no se ha visto recompensado. A ello se sumó que la temporada en Semana Santa empezó con buen tiempo y auguraba un verano de récord, algo que no se ha cumplido.

El presidente de la asociación náutica lo achaca, sobre todo en el caso del chárter de embarcaciones, a varios factores; uno de ellos es el descenso del turismo familiar de clase media y media alta. En su opinión, el aumento de los precios en la hostelería ha sido una de las causas por las que se han alquilado menos barcos y por otro lado, considera que han venido menos familias a Ibiza, al menos esa es su percepción, o no se gastan el dinero en navegar. «El caso de familias y grupos de amigos que se juntan para alquilar un barco durante un día, este año apenas lo hemos visto», añade.

«Ibiza cada vez más se posiciona como un destino de lujo con hoteles de 5 estrellas y a la náutica cada vez le va peor. Creo que el turismo familiar se está perdiendo y este es un tema que hay que analizar y valorar», dice Van der Hooft. En esta línea, los barcos de grandes esloras que se suelen alquilar para varios días, este verano han notado un gran descenso en su negocio, tanto es así que algunas de estas embarcaciones se han alquilado para pasar jornadas de ocho horas en alta mar e intentar salvar la temporada. Los barcos de pequeñas esloras también han sufrido lo suyo. Por tanto, las embarcaciones que más se han alquilado han sido las de mediana eslora de entre 16 y 18 metros.

Por si esto fuera poco, las empresas radicadas en Ibiza yFormentera tienen que luchar con la competencia de náuticas que tienen su sede en la Península. En Las pitiusas los gastos se multiplican por cinco. Para el representante de la náutica, «este intrusismo legal pero cuya competencia es desleal es mucho más dañino que los barcos pirata».

Además, los precios en Ibiza y Formentera han subido para todo el mundo. «El precio de los amarres se ha incrementado un 8% y el coste del mantenimiento, un 10%. La mayoría de las empresas de alquiler han subido las tarifas un 5%, las cuentas no cuadran», apunta.

El sector confía en que el otoño que ha empezado con temperaturas de verano anime a reactivar el turismo náutico.

También espera que Baleares quede exenta de la posibilidad de que los particulares puedan alquilar sus embarcaciones. «Estamos temblando», confiesa el presidente, que confía en que no se aplique en las islas.

Otro de los deseos es que se implante la Formación Profesional en náutica como ya hay en Mallorca y Menorca para contar con profesionales cualificados, otra de las carencias del sector.